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¿La legalización es el debate?

¿Queremos la legalización de la marihuana, el hachís, en definitiva el THC cuando está haciendo de las suyas en la mielina de las neuronas? Volvemos a citar recientes investigaciones que evidencian una vez más el daño neuronal en el córtex prefrontal, casi nada. ¿Legal o no? ¿Me van a castigar por comprarlo? ¿Va a ser más fácil acceder?

¿Qué daños causan las drogas en el cerebro?

Creo que bajo el debate de la legalización del Tetrahidrocanabinnol (THC) existe otro de mucha relevancia en relación con la salud mental de las personas que lo consumen. ¿Qué idea tenemos de esta sustancia si pudiéramos encontrarlo en los circuitos comerciales. ¿Qué les parecería a los jóvenes que nunca lo han probado?¿Qué percepción tienen de los tóxicos legales: alcohol, tabaco y THC? Hace poco un adolescente hablando de las bebidas energéticas, afirmaba: «pues yo suelo tomarme dos por las mañanas para despertarme. Eso es normal, ¿no?, si las venden en las tiendas de chuches es que son buenas, ¿no?»

La certeza de bondad de un producto por dónde puede adquirirse es evidente. Cuando compramos una crema hidratante en la farmacia, puede darnos la sensación de que es más eficaz o al menos está mejor elaborada que si la compramos en un supermercado. Hablo de percepción subjetiva, de sesgo; y por tanto de mayor o menor riesgo de consumo del tóxico en cuestión.

El papel de los psicólogos

Los psicólogos que se dedican a la investigación, se han hartado de ponernos sobre la mesa la relación entre el consumo de tóxicos y enfermedad mental grave. Es evidente que cada persona posee un ritmo propio de aprendizaje, pero me atrevo a decir que todas las personas experimentamos aprendizaje: vamos sumando conocimiento con nuestra experiencia y así, en la siguiente ocasión, cometemos menos errores.

Legalizar el cannabis, desde el punto de vista de la percepción del daño causado, puede favorecer que se vea como una sustancia menos peligrosa que si es ilegal.

No legalizar el cannabis es posible que sea percibido como un aviso de que esa sustancia es más perjudicial; siempre y cuando en nuestro entorno global (a un click sabemos lo que pasa en Holanda) tampoco sea legal.

Y para terminar, cómo no, reflexiones sobre uno de los vértices desde el que se debería trabajar más: la prevención. A estas alturas del siglo XXI…, sí, aún hay que desmontar mitos en las consultas de psicología como que fumar porros no abre los alveolos, ni es más puro que el tabaco porque su olor es más dulce… En fin.

Maneras de (des)animar… las vacaciones

Llegan las tan deseadas vacaciones. Este séptima temporada (2020/21) en la Radio Onda Vasca #konekta llega a su fin. Y el último capítulo lo hemos dedicado, en lugar de animar, a (des)animar. ¿Realmente podemos llegar a fastidiar unas bonitas vacaciones a la vista? Sí.

Con Julen Arriandiaga hemos querido señalar el enfoque que debemos tener para adelantarnos «cenizamente» a las vacaciones y tirarlas por tierra antes si quiera de que comiencen.

¿Me amargo las vacaciones?

Recordamos el libro de Paul Watzlawick «El arte de amargarse la vida» (Herder, 1983), ya un verdadero clásico de la literatura en la psicología del siglo XX. Y en clave irónica, emulando al autor, enumeramos lo que debemos hacer para amargarnos las vacaciones.

Esperamos que este broche final aporte alguna lucecita a aquellas personas que se encuentren a las puertas de sus tan ansiadas vacaciones y les mueva de sitio, al menos, para «pedir un martillo al vecino»… con otra actitud.

Para escuchar el programa pinchar aquí.

¿Y si no recibimos la atención sanitaria que NECESITAMOS?

La atención sanitaria es la base de nuestra salud física. Resulta indispensable disponer de dicha atención y sentirnos seguros por ese lado. Luego vendrán las necesidades psicológicas.

Maneras de animar…Cuando vivimos falta de recursos en el servicio público de salud.

Espacio en Onda Vasca, 21/4/2021

Son señalar víctimas o culpables, analizamos la situación siguiente: ¿Y si no recibo la atención sanitaria que NECESITO a raíz de que existen menos recursos sanitarios públicos?

atención sanitaria

Analizamos esta situación y proponemos estrategias de afrontamiento de esta cruda realidad.

No iremos al punto de vista estructural. No lo analizaremos desde la solución en que el sistema cambie. Abordamos el tema desde el punto de vista de lo que una persona puede hacer, consigo misma, desde esa situación.

Para escuchar le espacio radiofónico completo, pincha aquí.

Sobre el permiso y la prohibición

Dos conceptos: permiso y prohibición que deben estar, ¿pero hasta qué punto? Convivimos con normas, reglas sociales que nos limitan y nos permiten. Son dos caras de una moneda, inseparables. ¿Qué actitud tomamos nosotros frente a las normas? ¿Qué decidimos cuando nos encontramos con un permiso o una prohibición?

permiso y prohibición

Si nuestra actitud es querer cambiarla, y está fuera de nuestro radio de acción, nos abocamos a una frustración segura. Si por le contrario la observamos, la conocemos y reflexionamos sobre nuestro margen de acción frente a ella, estaremos poniendo a salvo nuestras emociones más desagradables.

«No puedes acudir a ese lugar, lo tienes prohibido». Esa es la norma. ¿Qué tipo de pensamientos se me disparan a continuación?: Pueden ser del tipo A: «Es injusto que no me dejen, deberían dejarme, soy mayor para decidir por mí misma, cuando sea adulta me vengaré,…». y además pueden ser de este otro tipo B: «¿qué haré en los lugares a los que sí puedo acudir?, ¿cómo puedo comportarme con lo que tengo?, ¿qué oportunidades me estoy perdiendo que ocurren aquí y ahora que me estoy perdiendo cuando enfoco al y si?

La catarata de pensamientos que nos viene a la cabeza no es muchas veces controlable; y cuando no existe, fantaseamos con que la estamos controlando. No es así. El pensamiento va por libre. Y eso no es malo, ni malo ni bueno; únicamente es. Lo que sí podemos controlar son nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros gestos.

¿Dónde está el problema entonces?

Cuando por fin nos den permiso, tampoco es que se nos haya abierto el cielo; porque surgirán otras prohibiciones de otra índole, por parte de otras personas,… y será el cuento de nunca acabar. La vida. El problema no es tropezar dos veces con la misma piedra, sino enamorarse de ella.

Desde Centro Delta Psicología podemos ayudarte sobre aquello que te quita el sueño. Llámanos al 944241960, mándanos un mail a info@centrodelta.com o visita nuestra web.

El dilema de querer sin ser querido

El dilema de cómo puedo seguir queriendo a quien me está haciendo daño. MI padre o mi madre son quieres más me quieren, pero ahora veo que sus acciones son contrarias a saber que me quiere. ¿Qué puedo hacer?

  • ¿Cómo puede hacerme esto?, con lo que me quiere, con lo que le quiero…

A veces nos encontramos ante un dilema de sentimientos. ¿Si me quiere por qué me hace daño?, ¿si le quiero, por qué no quiero estar con él?

Dilema

No es poco frecuente que las personas se encuentren frente a este dilema, esta disyuntiva cuando quien nos debe querer no parece que lo haga. Hablamos de menores cuyos padres están separados, y «malamente separados». Y no es cuestión de tomar decisiones conscientes, racionales, razonadas, sopesadas,… sino de emociones que entrechocan, emociones antagónicas que difícilmente pueden convivir en nuestro corazón.

¿Qué hacer entonces?

Opción A: Seguimos poniendo la otra mejilla. Volvemos a dar oportunidades. Nos acercamos a la persona querida, y de nuevo nos volvemos a decepcionar. Lo intentamos. Fracasamos. Nos caemos Nos levantamos.

Opción B: Se acabó. No quiero hablar más con él. No pienso exponerme a un desplante más, a un comentario despectivo, a una agresión más por parte de quien me quiere. Hasta aquí he llegado. Corto la relación.

Hay más opciones (la C, D, E,… hasta la Z). Creatividad y flexibilidad serían las dos palabras mantra. ¿Por qué iba a seguir o dejarlo?, ¿no hay opciones en medio de esos dos extremos? Sí, las hay. C: sólo me expongo a esa persona en fechas señaladas, D: sólo en mi territorio, E: me comunico vía chat / e mail, F: me comunico en presencia de un tercero, G: Espero a que me llame para hablar, …

Pero todas ellas, todas esas opciones intermedias pasan por no querer que la otra persona cambie, por aceptar que lo que hace es lo que hace, lo que dice es lo que dice. Si pretendemos que el otro mueva ficha, haga lo que debe hacer, o peor: hacemos de padres de nuestros padres, todo se va a desmoronar: el estrés puede ser entonces intenso.

La decisión que cada uno tome es la mejor, porque es tomada por uno mismo. Pero verlo todo en negro o en blanco, muchas veces no corresponde con una posición de inteligencia emocional.

Desde Centro Delta Psicología en Bilbao podemos ayudarte con este y otros problemas psicológicos que quieras consultarnos. Estamos para ayudarte en nuestra web, en este mail info@centrodelta.com o en el teléfono 944241960.

Normas vs. lógica de contagio

En estos tiempos peculiares, sorprende ver a personas que deciden actuar mayoritariamente en base a una norma externa dada: permiso o prohibición; y a otras que lo hacen basándose en el entendimiento de qué tipo de comportamiento llevará a qué tipo de consecuencia probable. Y entristece su enfrentamiento.

¿Nos guiamos por las normas y así nos sentimos seguros?, ¿o bien nos guiamos por la lógica del contagio / salud y así nos sentimos seguros?

Una dicotomía algo falsa, como la mayoría, pero que puede situarnos en un escenario de conflicto entre semejantes: con nuestros familiares en estos días de encuentro familiar presencial limitado.

– «El decreto permite x personas, lo cumplimos. No pasa nada: estamos a salvo.»

– «Permaneceré alejado de ti y con las ventanas abiertas en la cena de nochevieja. Pasaré frío. No pasa nada: estamos a salvo.»

– «Nos permiten reunirnos alrededor de una mesa sin mascarilla. Nos las quitamos. No pasa nada estamos a salvo.»

– «Prefiero saludarte con un abrazo de espaldas. No pasa nada, estamos a salvo»

Cualquiera de nosotros puede decir una de estas cuatro expresiones. La cuestión es qué hacemos el resto al oírlas. ¿Respeto?, ¿convencimiento?, ¿deseos de que el otro actúe como nosotros?, ¿apertura al cambio?…

Si aprendemos a separar personas de conductas, habremos dado un paso en la dirección del entendimiento y el bienestar emocional, sin duda. Si nos obcecamos en la simplicidad del ganar / perder o del «esta persona es así por actuar asá«, ciertamente nos estaremos hundiendo en el agujero de nuestro conflicto.

No ganas si en una negociación pierde el que negocia contigo, dice Miguel Udaondo muy acertadamente en su libro «Comunica. Las claves de la comunicación para el liderazgo«. Y es que si nos seguimos empeñando en estar por encima del otro, la soledad de la victoria nos ahuecará la tristeza. Si pierde tu rival, a la larga tú has perdido. El puente de plata que llamamos en mediación a la posibilidad de una «derrota» dulce es otro enfoque que se sitúa en el mismo grupo de estrategias de comunicación / negociación / diálogo que nos provocan una cercanía entre las personas y nos ofrece una «cooperación de grupo».

¿Por qué el móvil me compaña constantemente?

El 23 de octubre de 2019 tuve el placer de charlar con Julen Ariandiaga, en Onda Vasca, sobre esta cuestión tan presente en nuestras vidas hoy en día. En 2009 la implantación de móvil entre las personas de entre 16 y 65 años era del 55% en España. En 2019 es del 85% (Fuente: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2019-08-20/whatsapp-android-menores-16-anos_2185043/)

Maneras de vivir, 23/10/2019, En Onda Vasca con Julen Arriandiaga