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¡A comer! Pautas para mejorar comidas y cenas.

¡A comer! Pautas para mejorar comidas y cenas. Entrada realizada por Iñigo Ruiz Landera. Tras leer con detenimiento el libro: «A comer», de Eduard Estivill y Montse Domènech » (Editorial De Bolsillo).

Pretendemos aportar unos claros consejos para cuando las comidas con tu pequeño o pequeña se vuelven una auténtica pelea.

Si pudiéramos hacer que en el país del hambre reinaran el hábito y la paciencia, conseguiríamos mayor facilidad y menos peleas en la cocina con el puré, el pescado, verduras y filetes… Recientemente hemos hecho una entrada sobre los hábitos de sueño de los más peques.

Es importante, desde el punto de vista de los padres, que los niños/as generen un buen hábito de comidas. En esencia, los problemas se relacionan con una preocupación de muchos progenitores, tanto respecto a sus capacidades parentales (que se ven cuestionadas) como respecto a una posible malnutrición del niño que lleve a problemas en la adultez.

¡A comer! Pautas para mejorar comidas y cenas. Imagen generada con I.A.

Por un lado, en este resumen se detallarán ciertas pautas que ayudarán a los padres a darse cuenta de cómo unas malas prácticas del aprendizaje de comer no están relacionadas con su capacidad de dar afecto, atención y cariño a su hijo o hija. Hay que tener en cuenta que va a ser siempre el profesional de la pediatría el que lleve la revisión de parámetros como el peso y la altura. Una preocupación excesiva en este aspecto es contraproducente y en la amplia mayoría de los casos no suele estar respaldada por la evidencia de las pruebas médicas.

  1. Los niños no nacen sabiendo comer. La gran mayoría de las veces, los niños/as no tienen problemas con la comida por otras razones sino porque no han adquirido el hábito y no han aprendido a hacerlo. La explicación correcta sería la más fácil de todas.
  2. Siempre recordar la diferencia entre el aprendizaje de la conducta de comer y el proceso biológico del hambre. La saciedad es una necesidad fisiológica del ser humano, tarde o temprano los niños van a tener hambre. Por lo tanto, no es conveniente, y es incluso contraproducente, preocuparse y estresarse porque el niño no coma. Decimos que es contraproducente porque el niño asocia la inseguridad que ve en los padres al acto de comer, con lo cual no aprende la conducta con seguridad, que es lo más importante.
  3. No vale con intentar más de lo mismo para que coma. Aquello que vienes haciendo suele significar intentos destinados a distraerle y divertirle de distintas formas para lograr que se distraiga y que coma. ¿Por qué?
  4. Asocia que el comer está ligado a la diversión. Con tanto despiste, no aprende que cuando el contexto es mesa, horario, babero, olor, silla, tiempo… toca comer. Los padres no están aplicando siempre la misma estrategia y el niño se siente perdido.

Otras pistas

  1. La propia diversión es un fin en sí mismo. El niño estará más atento a divertirse que a comer.
  2. Puede ocurrir que el niño haya aprendido a “manipular” a los padres portándose de manera inadecuada y no comiendo. ¿Por qué?
  3. Para obtener la atención y los cuidados de estos
  4. y para conseguir que le den lo que quiere: poner la TV, contarle un cuento, cambiarle la comida porque no le gusta…
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Por lo tanto…

  1. Es importante darse cuenta de esto y ponerle freno, así como no caer en el juego.
  2. Tampoco, sin embargo, se debe castigarlo severamente, porque son conductas que el niño aprende para lograr lo que quiere, no se basan en una manipulación perversa.
  3. Por lo tanto, hay que llevar a cabo una serie de pasos de manera escalonada:
  4. Se le sienta en la silla con todos los cubiertos y platos a su disposición.
  5. Importante que sea siempre la misma persona la que da de comer y sean siempre condiciones casi idénticas. Si no es la misma persona, que la alternancia sea la menor posible y que se lleve a cabo la misma estrategia de forma sistemática. ¿Por qué?
    1. La seguridad crea la conducta. Se bloquea la asociación de comer a estímulos externos que luego no podrás controlar si comes fuera de casa, impidiendo la generalización (p. ej., sólo come al poner la tele).
  6. Se le intenta dar de comer (3 minutos).
  7. Si no ha funcionado, se le quita el plato como si no hubiera pasado nada, sin enfadarse ni quejarse al niño, y se queda sentado 3 minutos esperando.
  8. Se le intenta dar de comer por segunda vez (4 minutos).
  9. Si no ha funcionado, se le vuelve a quitar el plato, y se queda otros cuatro minutos esperando. De esta manera, no se condiciona aversivamente al niño y se puede probar una tercera vez; además, tampoco se pierde excesivo tiempo en el proceso.
  10. Se le intenta dar de comer por última vez (5 minutos).
  11. Si no funciona, se queda sin comer durante la comida y no se le permitirá comer hasta la siguiente comida (la cena). ¿Por qué? Este “tiempo fuera” consigue de diversas maneras que se genere un aprendizaje por un cúmulo de razones:
  12. La necesidad fisiológica de comer vuelve al organismo, siendo esta una variable que quizá no se estaba dando y por eso no comía.
  13. Se recupera el control sobre los ritmos circadianos, cosa que no ocurriría si come a deshora.

Importante para recordar:

  1. Es importante que se establezcan reglas porque los padres son los que “mandan”, y los hijos tienen que habituarse a esto. Los padres explicarán razonadamente los argumentos de su decisión para no caer en un autoritarismo superfluo.
  2. Es importante reforzar las conductas adecuadas mediante reforzamientos sociales, no mediante distracciones. Los reforzamientos sociales pueden ser elogios y cumplidos o simples sonrisas y gestos positivos que reforzarán la conducta del niño en posteriores ocasiones.
  3. Para los hitos del desarrollo más grandes -como cuando el niño es capaz de comer fuera de casa o empieza a comer un alimento que hacia el cual no sentía agrado-, puede ser más útil el uso de reforzamientos mayores. Estos deberían estar relacionados con la sociabilidad del niño y que consistan en viajes, ir al cine, una tarde de juegos de mesa… Tras la vivencia de un “reforzador mayor” la persona tiende a repetir la conducta que ha emitido.
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No es lo mismo conseguir que coma, que conseguir que coma bien. A pesar de que son procesos relacionados, y el primero predispone al segundo desde una perspectiva más general. Lograr una alimentación completa y nutritiva es un proceso más profundo que exigirá unas técnicas adicionales para ser efectivo y duradero. Esto es debido al desarrollo de capacidades cognitivas más avanzadas en los niños -que van creciendo física y mentalmente-.

Para conseguir que coma bien:

  1. Habrá comidas que le gusten intrínsecamente y otras que no. Es buena idea ir combinando cantidades cada vez más grandes de comida que no le guste con comida que le gusta. Hay que tener en cuenta que el niño no nace con disgusto por ninguna comida concreta. Gran parte de sus gustos se generan por asociación de las comidas a factores externos e internos presentes a la hora de comer.
  2. Importante que, aunque a los padres no les gusten ciertos alimentos, el niño se acostumbre a comerlos; exigirá esfuerzo de voluntad por parte de los padres y madres.
  3. Cuidado con dulces y golosinas. Estos llenan mucho, no darlos antes de comidas. Tampoco darlos como premio, salvo en contadas ocasiones especiales, ni ceder a chantajes de los niños. Por ejemplo: “si me compras estas chuches me voy a comer eso luego”, porque no lo suelen hacer, y no generan una rutina de aprendizaje.
  4. Si no come un plato concreto, no hay que preocuparse. Sin embargo, si no come bien una serie de alimentos de las mismas características, habrá que aplicar los principios de aprendizaje que hemos mencionado anteriormente (3, 4 y 5 minutos).

Indicaciones finales a modo de resumen.

En definitiva, establecer hábitos alimenticios saludables en la infancia no solo favorece el bienestar físico del niño, sino que también fortalece su autonomía y su relación con la comida a lo largo de su desarrollo. Los padres y madres deben enfocarse en proporcionar un ambiente estructurado, seguro y libre de tensiones en el que los menores aprendan a comer de forma natural. Con paciencia, consistencia y estrategias adecuadas, se deberá tender a fomentar esta alimentación adecuada. Logrando así que el proceso de comer sea una experiencia positiva tanto para el niño como para la familia.

Pistas efectivas para que duerma.

Pistas efectivas para que duerma. Estas pistas son el resumen del libro: «A dormir», del Dr. E. Estivill realizado por Felipe Herrera Lecaros, psicólogo.

«Planteado así, parece que va a ser más difícil de lo que pensaba. ¿Conseguirá que se duerma solo/a?, ¿será capaz algún día de conciliar el sueño sin que yo haga nada?» Sí, se puede. Por eso hemos titulado a esta entrada «El arte de dormir sin ayuda». Hemos hecho otra entrada sobre «A comer», del Dr. Estivill y M. Domènech.

Por qué el menor no duerme.

Si el niño o la niña presenta problemas para conciliar el sueño, es necesario entender por qué no duerme. En primer lugar, hay que tener en cuenta que no se trata de una enfermedad (aunque pueda haber alguna excepción) ni de un trastorno psicológico. Tampoco se debe pensar que se le está mimando demasiado, y lo más importante: no es culpa de los padres. Es fundamental tener claro que el niño no puede dormir porque no sabe cómo, ya que no ha aprendido a dormir correctamente.

El ritmo circadiano de las personas es muy importante, y para el desarrollo de un niño o niña, aún más. Por ello, es esencial que el niño o la niña tenga diferentes hábitos que respeten su horario y su forma de hacer las cosas. Algunos ejemplos son: las comidas, el colegio, el juego, etc. La hora de dormir no es una excepción. Es muy importante tratar de que el niño se acueste aproximadamente a la misma hora siempre. Si se rompe este ciclo, su hora de sueño se desajusta, lo que hará que le cueste más conciliar el sueño. Esto se debe a que ni él mismo sabe cuándo debe dormir al hacerlo a una hora diferente cada día.

Pista 1: Crea el ambiente perfecto.

Además de lo mencionado anteriormente, existen diferentes elementos externos que ayudan al niño a regular su reloj biológico y facilitan que pueda conciliar el sueño. Estos elementos permiten que el niño los asocie con la hora de dormir y con otros hábitos de su día a día. Cabe destacar que el ritmo circadiano varía en cada menor. Dependiendo de factores como la edad y la disponibilidad de los padres, ciertos hábitos se harán con más regularidad o menos:

  • Luz-Oscuridad: Es esencial que cuando el niño esté en la cama para dormir por la noche, el nivel de oscuridad sea siempre el mismo. Lo mismo ocurre con el nivel de luz cuando esté durmiendo la siesta. Esto facilitará que el niño reconozca cuándo es hora de dormirse y cuándo es hora de echar una siesta.
  • Silencio-Ruido: Por la noche, es importante que haya el mayor silencio posible y que durante el día haya más ruido. De esta manera, el niño aprenderá a asociar el momento de dormir con un entorno silencioso.
  • Horarios de comida: Desde que el niño nace, asocia la comida con el sueño, sabiendo que después de comer le toca dormir. En los bebés, este patrón es más evidente, ya que el periodo de sueño que tienen no es muy prolongado; van durmiendo a ratos. A medida que crecen, la noche se convierte en la principal hora de sueño. Por ello, es importante no romper esta asociación y respetar sus momentos de siesta después de la comida.

Hábito del sueño: Cuando el niño vaya a conciliar el sueño, es importante que lo haga por sí mismo, sin la ayuda de nadie. Los padres deben ser conscientes de que, sin darse cuenta, pueden transmitir sus estados de ánimo y emociones al niño, como la inseguridad, cuando éste no puede dormir. Por eso, es fundamental que los padres se muestren seguros de sí mismos, que transmitan confianza y seguridad.

Pista 2: El impacto de dormir con el niño

En muchas ocasiones, los padres, tratando de aliviar al niño, duermen con él hasta que se queda dormido para luego marcharse de la habitación y dejarlo solo. Esto puede hacer que, a mitad de la noche, el menor se despierte y no pueda volver a dormir porque no tiene a nadie cerca. Este comportamiento está relacionado con el hábito a la hora de dormir. De manera inintencionada, los padres transmiten inseguridad al niño. Lo que debería ser un entorno seguro se convierte en un lugar de incertidumbre al faltar el elemento con el que el niño asocia el sueño. Por ello, es importante tener en cuenta el siguiente punto.

Pista 3: Seguridad ante la noche

En la cuna o en la cama, es fundamental que el niño tenga algunos elementos que permanezcan con él toda la noche, es decir, que no se vayan en ningún momento. Por ejemplo, en el caso de los niños que no dejan el chupete, se pueden dejar varios chupetes en la cama. De este modo, si se despierta, pueda coger uno sin necesidad de llamar a los padres. Otro ejemplo pueden ser los muñecos / peluches. Es importante que los padres elijan el “peluche de dormir” de entre los que ya tiene el niño, ya que esto le proporcionará seguridad. Además, los padres deben presentar el peluche al niño, ponerle un nombre y decirle que dormirá con él y que se quedará toda la noche.

Pista 4: Cómo enseñarle a dormir bien desde le principio.

Es importante tener en cuenta que un niño recién nacido no duerme igual que un niño de 4 años. Por eso, es fundamental diferenciar las etapas y saber qué hacer en cada una:

  • Recién nacido: Los recién nacidos tienen una fuerte asociación con dormir después de comer, por lo que es importante respetar estos hábitos. Como hemos dicho antes, también es recomendable empezar a enseñarles otras asociaciones, como la luz-oscuridad y el silencio-ruido. No es recomendable que duerman en la cama de los padres. Algunas opciones mejores son que duerma en la habitación de los padres, pero en su cuna, junto a ellos. Es importante que, cuando se realice el cambio de la cuna a la cama, el niño ya esté acostumbrado a dormir en su propia habitación. Cabe destacar que, en esta etapa, si al menor se le da la cantidad adecuada de comida, no se despertará y no llorará por hambre, sino por incomodidad.
  • Tres meses: En esta etapa, es crucial comenzar a inculcar un buen hábito del sueño. También se recomienda crear un ritual antes de dormir, para que el niño se calme y se relaje, como darle un baño, cantarle, mostrarle juguetes o hablarle suavemente. Es esencial que la rutina antes de acostarse sea siempre la misma.
  • Seis meses en adelante: A partir de los 6 meses, es importante no alterar demasiado los horarios establecidos. Aunque el niño ya duerma toda la noche, todavía realiza siestas durante el día. Es esencial que no se exceda la cantidad de horas que duerme durante el día. Además, el niño debe estar cómodo en su cama, sábanas limpias y pijama adecuado, fresco en verano y abrigado en invierno.

Pista 5: Cómo reeducar el hábito del sueño.

No es recomendable: cantarle hasta que se duerma, mecerlo en la cuna, mecerlo en los brazos, darle la mano, pasearlo en el cochecito, darle caricias, darle el biberón, dejar que corra para que se canse, llevarlo a la cama de los padres o darle agua, etc.

En los casos en los que el menor ponga trabas para quedarse dormido, como llorar, moverse por la habitación o tirar cosas, se puede intentar realizar un ritual antes de irse a dormir, como cantarle. Es importante marcharse antes de que se duerma y nunca después. De esta manera, se consigue asociar el sueño con algo positivo. Si el niño sigue mostrando resistencia, lo recomendable es entrar en la habitación en intervalos cortos de tiempo (3-5 minutos), sin hacer nada al entrar. Esto le ayudará a asociar el sueño con algo agradable.

A medida que el niño crece, va adquiriendo la habilidad de hablar. En muchas ocasiones, los padres responden a todas las necesidades que el niño expresa verbalmente, sin darse cuenta de que, en realidad, el niño solo busca el contacto humano. Por ejemplo, puede que el niño diga «sed» porque tenga sed realmente o puede que no, podría estar buscando simplemente atención. Lo mismo ocurre cuando el menor habla para que los padres permanezcan con él durante la noche. Por ello, se recomienda ignorar estas peticiones, ya que el niño aún no comprende claramente el significado de las palabras.

Pista 6: Cuestiones horarias.

Las recomendaciones de horas de sueño son las siguientes:

  • Recién nacidos: 16-17 horas diarias en períodos de 2 a 6 horas.
  • Tres meses: Con ayuda, aprenden a adaptarse al ciclo del sueño de día y noche. Duermen 3-4 siestas, y los períodos nocturnos son más largos, de 5 a 9 horas.
  • Seis meses: 14 horas diarias, con dos siestas al día. Los períodos nocturnos se extienden a 10-12 horas.
  • De doce a catorce meses: El sueño nocturno se reducirá ligeramente y la siesta se reduce a una. Las horas totales de sueño disminuyen a medida que el niño crece.

En el caso de necesitar cambiar el horario del suelo del niño, esto se puede hacer sin forzarle demasiado. Se le puede dejar 30 minutos más despierto por la noche cada semana, de manera que no se le haga muy difícil ni muy pesado el cambio de horario.

Pista 7: Parasomnias y otros problemas.

Cuando un niño tiene pesadillas, generalmente se debe a algún fenómeno externo que le está causando inquietud. En estos casos, lo mejor es transmitirle seguridad al menor, para que se calme y supere el miedo, sin grandes explicaciones, pero con contacto físico.

En el caso de otras parasomnias como el sonambulismo, terrores nocturnos, bruxismo, somniloquia y movimientos de auto mecimiento, hay que tener en cuenta que son relativamente propias del desarrollo evolutivo y no suelen ser peligrosas. Por lo tanto, no se recomienda intervenir en ellas, pero, aun así, en casos como los terrores nocturnos y el movimiento auto mecimiento, es recomendable quedarse cerca para evitar que el niño se haga daño. En el bruxismo, aunque no es peligroso, si la contractura es muy fuerte, sería recomendable intervenir.

En cuanto a los ronquidos, estos son muy comunes. Sin embargo, es importante observar si son frecuentes o si el niño duerme con la boca abierta y respira con dificultad. En ese caso, se recomienda consultar a un especialista.

Aunque la probabilidad es baja, cuando los problemas para dormir del niño se deban a problemas emocionales y no a una mala educación del sueño, muchas de las recomendaciones mencionadas podrían no ser aplicables o necesitar modificaciones. En estos casos, es importante que se consulte a un especialista, ya que las soluciones pueden variar dependiendo del problema. A pesar de ello, si el problema psicológico causa angustia en el niño y le impide dormir, lo más importante es centrarse en aliviar esa angustia.

Pistas efectivas para que duerma. Dudas más comunes.

Cuando se hacen viajes con el menor, donde lo esperado es dormir fuera de casa, lo más importante es que se lleve a ese “peluche de dormir” o manta con la cual el niño esta familiarizado y acostumbrado a dormir.

Si mientras se hace la reeducación del habito del sueño, el niño vomita, hace caca o se orina, es importante hablarle con dulzura y no castigarlo, ya que se trata de algo que no sabe y que está aprendiendo.

Se le puede dejar un rato viendo tele antes de dormir, aunque no es lo recomendable. Pero lo importante es que no se le debe dejar de forma descontrolada y sin límite. Debe ser algo esporádico y controlándole el tiempo que lleva viendo la televisión. Según la Organización Mundial de la Salud, en niños de 0 a 4 años, lo recomendable es que no pasen tiempo frente a las pantallas. De 2 a 4 años en el caso de que lo hagan, no debe de sobrepasar la hora. Lo mejor para esto siempre son los cuentos en papel.

Es posible que el niño llegue a desarrollar un insomnio si esta tratando de aprender un habito del sueño, pero esto solo es temporal. En otros casos como por ejemplo la llegada de un hermanito, puede también crearle insomnio ya que ya no se siente el “rey de la casa”.

Salvo prescripción médica, no es recomendable darle medicamentos al niño para conciliar el sueño. En cualquier caso, ante la duda lo primordial es consultarlo con un especialista

En el caso de gemelos, no hay ningún problema en enseñarles a tener un habito del sueño. En el caso de que se trate de corregir un mal habito del sueño en los dos, lo más recomendable es separarlos y enseñarle a cada uno por separado, ya que puede que estos reaccionen de formas muy distintas.

Pistas efectivas para que duerma. Estas pistas son el resumen del libro: «A dormir», del Dr. E. Estivill realizado por Felipe Herrera Lecaros, psicólogo.

Mi imagen: ¿Atrapada sin remedio?

¿Debo tener este cuerpo? Soy esclavo de mi imagen. Mi imagen: ¿Atrapada sin remedio? ¿A quién no le han llegado vídeos de personas que ofrecen tips para cuerpo ideal, consejos para adelgazar rápidamente, recetas para tonificar nuestro cuerpo, claves para mantener la belleza, y una gran lista de etcéteras…? La tecnología nos ha traído grandes avances y facilidades, pero más allá de eso también hay una parte preocupante; la esclavitud de la imagen, el “¿debo tener este cuerpo porque si no es terrible?”.

Mi imagen.

La “esclavitud de la imagen” es un término que se refiere a la presión constante que se enfrentan algunas personas por mantener una imagen perfecta, lo cual supone un gran esfuerzo y trabajo que puede llegar a afectar en su bienestar.

Resulta que hoy en día dependemos de nuestros móviles, nos los llevamos a todas partes y estamos constantemente influenciados/as por lo que buscamos y nos encontramos. A veces vemos publicaciones de modelos, personajes famosos/as, influencers… y podemos sentir envidia, o no, pero de alguna manera sabemos que no todo es real y tan fácil.

La realidad es que vivimos en una sociedad obsesionada por la apariencia y la imagen, y que muchos/as de los/as jóvenes tienen como referencia a personas que aparentan estar siempre “perfectas”. Esto mismo genera en ellos/as una presión social para alcanzar estándares de belleza que realmente son inalcanzables, así como repercusiones negativas en consecuencia.

Las repercusiones pueden ser tanto físicas como psicológicas, ya que muchas personas se sienten constantemente insatisfechas con su apariencia y acaban desarrollando una baja autoestima, insatisfacción corporal, pérdida de tiempo y energía, e incluso trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. Todo ello, en un intento desesperado por alcanzar los ideales de belleza que tienen como meta.

Atrapados sin remedio

La gran mayoría de personas que siguen a influencers y modelos, que son influenciadas por las redes sociales como Tik Tok e Instagram, son los/as adolescentes de nuestras casas. Con una escasa conciencia de la realidad, con una estimulación continua de mensajes aparentemente “fáciles de seguir”, como si se tratara únicamente de eso, les lleva a intentar controlar hábitos, generar nuevas rutinas, ponerse objetivos…

Dos estudios

En esta línea, un estudio de revisión sistemática llevado a cabo en 2023 sobre el uso de redes sociales y factores de riesgo para el desarrollo de trastornos alimentarios, encontró que en la población española, el uso de Instagram destaca por su relación con insatisfacción corporal, impulso hacia la delgadez y mayor tendencia a la comparación social.

Por este lado, un estudio internacional llevado a cabo en 2023 con más de 63.000 niños/as y adolescentes de 16 países concluyó que un 22% tiene conductas de riesgo que podrían terminar en un trastorno de la conducta alimentaria. Según el mismo estudio, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un trastorno alimentario, con un 30% frente al 17% de los varones.

Además, según es indicado en la investigación, estas conductas también son frecuentes en personas con un índice de masa corporal (IMC) alto, “tenemos la imagen preconcebida de que esto es algo que sólo afecta a personas con delgadez, por lo que las personas con exceso de peso se quedan fuera del radar”.

Por lo tanto, es importante reconocer que una preocupación constante y excesiva por la imagen puede tener un impacto negativo en nuestra autoestima y bienestar emocional.

Prevención

Para prevenir este tipo de consecuencias, es fundamental favorecer una cultura de aceptación a todo tipo de rasgos faciales y corporales, pues no hay dos personas iguales ni el tener un rasgo u otro hace ser más valioso/a. Debemos tener presente que lo que vemos en las redes sociales y los anuncios no es necesariamente real al 100%, y que la verdadera belleza y valía personal va más allá de la apariencia física.

Finalmente, es importante lograr un equilibrio y priorizar el bienestar mental por encima de la búsqueda de una imagen perfecta. Desarrollar una autoimagen positiva basada en valores personales, practicar el cuidado personal, y darse caprichos de vez en cuando puede ayudar a mitigar algunos de estos efectos negativos. Junto a ello, establecer límites saludables en el uso de las redes sociales, buscar actividades que fomenten el bienestar propio como el ejercicio físico y la práctica de hobbies, puede contribuir a mantener una perspectiva más equilibrada y saludable.

Entonces, “¿debo tener este cuerpo porque si no es terrible?”. La respuesta es muy simple, la vida no gira alrededor del cuerpo, ni tampoco nos trae facilidades y regalos como a los/as influencers simplemente por ser “guapos/as”. Así que, reflexionemos sobre ¿qué pasa cuando creemos que podemos “alcanzar” la belleza de las influencers?, ¿Cuándo creemos que siguiendo la alimentación y los consejos de preparadores físicos podremos tener su mismo cuerpo?… Y sobre todo, ¿Cuándo no distinguimos lo que es natural de lo que no?, y ¿Cuándo nos comparamos con otras personas?.

Referencias

López-Gil, J. F., García, A., Smith, L., Firth, J., Trott, M., Eumann, A., Jiménez, E., Gutiérrez, H., Tárraga, J., y Victoria, D. (2023). Global proportion of disordered eating in children and adolescents. A systematic review and meta-analysis. JAMA Pediatrics, 177(4), 363-372.

Bajaña M, S., y García, A. M. (2023). Uso de redes sociales y factores de riesgo para el desarrollo de trastornos relacionados con la alimentación en España: una revisión sistemática. Atención Primaria, 55(11), 1-10.

Post escrito por Marina Lizarralde Bilbao, psicóloga.

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La imagen de enemigo

Quizá no te hayas dado cuenta, pero la imagen de enemigo en ocasiones se instala en tu cabeza de tal manera, que te hace daño por sí sola. Alguien se ha portado muy mal contigo, «objetivamente» te ha hecho daño, y eso es algo que conecta indefectiblemente con sentimientos de rechazo, ira, furia, enfado,…

¿Cuánto daño me hace?

No podemos cuantificar tan fácilmente el daño que la imagen de enemigo puede infringe en ti, pero sí puedo decirte que es una tendencia, 100% humana, que si no aprendes a controlarla (ponerla en duda), puede llegar a bloquear tu vida entera.

Existen una serie de razones, que tú sabes muy bien, por las cuales esa persona ya no se merece tu perdón. Sentir ese remordimiento, esos deseos de venganza o esa inquina, independientemente de que tengas o no razón; te hace sufrir, hablar de ellos más veces de las que desearías. El tema ya cansa, te cansa, y cansa a los demás.

¿Cómo hacer para superarlo?

Hay varias maneras, pero todas pasan por darte cuenta. «El cagado no se huele», solía decir un hombre sabio… Por tanto, si vives instalado en la certeza, en la seguridad de tus convicciones, genial, te proporcionará mucha seguridad; pero si esa seguridad es a costa de pasarlo mal día tras día… ¿te merece la pena? Yo creo que no.

Es importante estar receptivo, o llamémoslo mostrar confianza con las personas que te quieren. Ellas serán las que puedan dar el primer paso en despermeabilizar tus rígidas creencias sobre el conflicto con esa persona odiosa.

¿Y entonces qué hago?

Busca datos, datos actuales, tus conclusiones actuales no son más que ejercicios adivinatorios. Busca evidencias de que esa persona «tan mala» sigue a día de hoy queriendo hundirte, y buscándote tras la esquina para machacarte. Por ejemplo: puedes enterarte de lo que opina sobre lo que pasó el fin de semana pasado?, ¿puedes conocer de primera mano, de palabra, que sigue pensando en que eres un inútil?, ¿sigue despreciando a esa otra tercera persona querida por ti?, ¿ha vuelto ayer a hablar mal de ti?, ¿el propósito de su mensaje en redes sociales es evidentemente dejarte en evidencia?

Datos e interpretaciones

Cuáles son los datos y cuáles tus interpretaciones. Datos: frases, palabras, hechos, actos, comentarios objetivamente con una intención clara y diáfana unívocos, sólo pueden interpretarse de es amanera.

Interpretaciones: datos que no son tan evidentes y que dependiendo de la comunicación no verbal, del gesto, del todo, de la intención, del contexto, del momento en el que se dice,… pueden interpretarse como ofensivos o como inocuos.

Busca estos dos elementos en los «intercambios» que tengas con esa persona odiada.

¿Quizá estarás viviendo del pasado, de los datos ofensivos del pasado, y de interpretaciones ofensivas en el presente?

¿te merece la pena?

A través de la psicoterapia, en unos casos, y a través de la mediación y gestión dialogada de c onflictos en otras, podemos ayudarte a desenredar esa imagen de enemigo que tanto daño te hace.

Estamos en Bilbao, puedes contactarnos en info@centrodelta.com o en el teléfono 944241960 y dejarnos mensaje. Estaremos encantados de atenderte. www.centrodelta.com

Acoso escolar: cómo reconocerlo y actuar

El acoso escolar o bullying ya no se circunscribe solo al entorno escolar, sino que se extiende por las redes sociales. El aumento del uso de dispositivos digitales ha tenido como consecuencia un incremento significativo del ciberacoso en redes sociales. Es más, el 22,6% de las agresiones ocurren por esta vía. Plataformas como WhatsApp, Tik Tok o Instagram son caldo de cultivo de estos comportamientos.

Claves para reconocer el acoso escolar

Es muy importante saber reconocer cuando se está produciendo acoso de cuando simplemente los niños están jugando. Los menores se pelean, juegan a veces con agresividad, tienen comportamientos indeseados, se insultan y pueden tener faltas de respeto con compañeros. Pero hablamos de acoso cuando existe la intención de hacer daño de manera intencionada, deliberada y continuada y va siempre dirigida al mismo menor. Además, entre la víctima y el agresor debe existir un desequilibrio de poder. La víctima se encuentra en una situación de inferioridad y el agresor posee una posición de poder.

¿Cómo reconocer las señales?

El acoso escolar es una situación muy angustiosa, que genera en los menores mucha ansiedad. Esta ansiedad puede manifestarse de la siguiente manera: no quieren ir al colegio diciendo que tienen dolor de tripa o de cabeza, vomitan por la mañana antes de ir al colegio, van al centro escolar por una nueva ruta, quieren compañía para ir al colegio. Estos comportamientos no solo se circunscriben a ir a clase, sino que los menores también se resisten a acudir a excursiones u otros eventos.

¿Cómo actuar en caso de acoso?

Es esencial es tratar de mantener la calma y no sacar conclusiones precipitadas. A continuación, es importante escuchar y tener una comunicación abierta. Para ello es recomendable realizar preguntas lo más abiertas posibles, para evitar que nos pueda responder con sí/no. Además, es de vital importancia validar las emociones y sentimientos que esté sintiendo o haya sentido la otra persona “entiendo que estés triste” “entiendo que estés enfadado y que tengas miedo”. Es el momento de escuchar y recoger emocionalmente, no de tratar de dar soluciones.

¿Cómo seguir actuando?

A continuación, el siguiente paso sería contactar con la escuela y los profesores para explorar cómo ven ellos la situación y qué datos tienen. Además, en el caso de que el niños/a siga acudiendo a la escuela pueden proporcionar una mayor supervisión. En algunos colegios poseen un Protocolo de acoso escolar.

Por otro lado, resulta esencial enseñarle a defenderse de las agresiones y los agresores. Pero esta defensa no tiene que ser desde la agresividad ni violencia, se trata de enseñarle a ser más asertivo a que pueda decir “esto no me gusta, no quiero que me hagas eso” o incluso en algunas circunstancias, es preciso enseñarle a ignorar al acosador.

Si tienes dudas sobre si tu hijo/a está sufriendo acoso escolar, no dudes en llamar y ponerte en contacto con nosotros. Además, contamos con una gran experiencia, ya que llevamos años participando en sesiones formativas en colegios a alumnado y profesorado sobre esta temática. Nos encontrarás en el 944241960 en el email info@centrodelta.com o en las redes sociales como instagram twitter.

Relajación Progresiva de Jacobson ¿qué es y cómo practicarla?

El 15 de agosto es el día internacional de la relajación. Existen muchos ejercicios diferentes para practicarla, pero hoy nos vamos a centrar en la Relajación Progresiva de Jacobson ¿te parece si aprendemos algo más sobre ella?

¿Qué es la Relajación Progresiva de Jacobson?

Este método data del año 1929 y su creador fue Edmund Jacobson. Actualmente sigue siendo una de las técnicas más utilizadas para reducir la ansiedad y el estrés en el mundo. Se basa en la relación entre tensión muscular y los estados psicológicos de nerviosismo o alta actividad mental. Se trata de reducir al máximo el tono muscular, desactivar así los músculos, para conseguir desactivar también el sistema nervioso. Esto conlleva una sensación de calma y tranquilidad.

Seguir leyendo Relajación Progresiva de Jacobson ¿qué es y cómo practicarla?

Mindfulness, ¿qué es? ¿cómo practicarlo?

Seguramente hayas oído hablar en los últimos años del Mindfulness, de sus técnicas o de la necesidad de tener una actitud más “Mindfulness”, pero ¿de qué se trata exactamente?

El mindfulness puede definirse como la capacidad de “prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación”. 

Origen

Se considera que el origen del Mindfulness puede situarse hace unos 2.500 años en la tradición budista. Aunque fue el buda Siddharta Gautama el impulsor de esta tradición filosófica, no fue hasta la década de los 60 cuando Jon Kabat-Zinn la llevó a occidente.

Su traducción al castellano no sería otra que “Atención Plena, Conciencia Plena, Presencia mental o Conciencia Abierta”, entre otras.

Pilares del mindfulness

A continuación, os presentamos algunas pinceladas sobre los fundamentos de esta filosofía:

  • No juzgar. Se trata de ser testigos de lo que pasa a nuestro alrededor, tratando de no valorar ni reaccionar ante los estímulos internos o externos. Observar sin emitir juicios de valor.
  • Paciencia. Comprender que las cosas pasan cuando tienen que suceder. No acelerar el proceso.
  • Mente de Principiante. Estar dispuesto a todo como si fuera la primera vez. Dejar atrás las creencias, las impresiones o las ideas propias. Cada experiencia es única y no es igual a otra.
  • Confianza. Creer en uno mismo, en la propia intuición y sabiduría.
  • No esforzarse. Practicar la atención sin tener la intención de obtener ningún resultado.
  • Aceptación. Ver las cosas como son en el momento sin intentar cambiarlas.
  • Ceder. Permitir que las cosas sean como son, sin aferrarnos a ellas. El objetivo es soltar, dejar ir la experiencia sea positiva o negativa.
Midfulness

Beneficios del mindfulness

Son numerosos los beneficios que se han encontrado de esta práctica. Entre ellos podemos encontrar:

  • Mejora de la capacidad de concentración y de memoria
  • Disminución de los niveles de estrés y de ansiedad.
  • Mejora del control atencional.
  • Una mayor capacidad de regulación emocional.
  • Mejora del autoconocimiento y autoconciencia.
  • Disminución de la presión arterial
  • Aumento de la relajación.

¿Cómo podemos ir practicando?

Que te parece si durante estas vacaciones pruebas a hacer mindfulness durante unos minutos. Mediante algunos ejercicios muy sencillos puedes poner en pausa el día, detener la vorágine en la que te encuentras y tener unos minutos para parar y respirar.

Prueba lo siguiente: busca a un lugar tranquilo (una habitación, el jardín, la playa, el monte) y cierra los ojos. Comienza prestando atención a tu respiración. Siente tu respiración, como sube y baja tu pecho, la frecuencia de las inspiraciones. A continuación, pasa a observar la posición de tu cuerpo, pero recuerda, ¡observa sin juzgar! Se trata simplemente de darnos cuenta de cómo está nuestro cuerpo y su posición en el espacio. Después de unos minutos, pasa a tomar conciencia del entorno. ¿Qué se escucha? ¿Qué temperatura hace? Más tarde observa tus pensamientos. Repito que se trata de observar lo que nos viene a la mente sin intentar controlar lo que pensamos o juzgar las creencias que pasan por nuestra cabeza. Por último, ¡abre poco a poco los ojos!

¿Cómo te sientes?

Si necesitas más información sobre el mindfulness o quieres aprender algunos ejercicios para practicar en tu día a día, ¡ponte en contacto con nosotros!

Desde el Centro Delta Psicología estamos para ayudar. Nos encontrarás en el 944241960 en el email info@centrodelta.com o en las redes sociales como instagram twitter.

TDAH ¿Qué es? ¿Cómo detectarlo?

¿Qué es el TDAH?

El TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) es una alteración del desarrollo de la atención, la impulsividad y/o la conducta gobernada por reglas (obediencia, autocontrol y resolución de problemas). Suele iniciarse en los primeros años del desarrollo, manifestando el individuo una disminución de la capacidad atencional y/o un incremento notable de la actividad y la impulsividad. Además, la frecuencia e intensidad de estos síntomas es mayor de la típicamente observada en los individuos de su mismo nivel de desarrollo.

¿Manifestaciones más frecuentes?

Entre las manifestaciones más frecuentes que se pueden observar en individuos con TDAH encontramos las siguientes: a menudo parece que no está escuchando, repetidamente no sigue instrucciones ni termina las tareas, es desorganizado, con frecuencia pierde cosas, está en continuo movimiento, habla demasiado, no permanece sentado, con frecuencia no respeta los turnos, interrumpe a los demás frecuentemente, con frecuencia responde antes de que haya terminado la pregunta, etc.

¿Cómo saber si alguien presenta TDAH?

Realizar un diagnóstico de TDAH no es tarea sencilla. Muchas personas presentan síntomas de atención o de hiperactividad, pero no por ello podemos decir que posean TDAH. Para realizar una adecuada valoración es necesario realizar un análisis en profundidad de las variables que están relacionadas tanto con el individuo como con su entorno. Explorar el ambiente laboral/escolar, familiar y social resulta fundamental ya que dos de las condiciones que se tienen que cumplir para que se pueda realizar el diagnóstico de TDAH es que los síntomas estén presentes de manera constante y prolongada en el tiempo.

¿Hay tratamiento?

¡Claro que ! Como hemos mencionado anteriormente el TDAH afecta de manera global a la vida de las personas, por lo que su tratamiento tiene que abarcar múltiples esferas como la laboral/escolar, familiar y personal. Los abordajes de tratamiento principales son los siguientes:

  • Psicológico: realizar terapias cognitivo-conductuales, entrenamientos en habilidades sociales, técnicas para el manejo de la atención e impulsividad, entramiento para padres…
  • Psicopedagógico: en el caso de los niños y adolescentes es esencial poder dotarles de herramientas para hacer frente a las dificultades que presenten en el ámbito escolar tanto de atención como de comportamiento.
  • Farmacológico: recomendable solo en los casos más graves y/o problemáticos.

Si queréis más información sobre el tema, tenéis disponible guías y consejos en el apartado archivos de la web www.deltapsicología.es. También puedes echarle un vistazo a la entrada de instagram sobre el TDAH (pincha aquí). Para cualquier cuestión, ¡no dudéis en poneros en contacto con nosotros!

Ansiedad en tu pareja o amigos

Antes de aprender estrategias básicas para ayudar a los demás a lidiar con la ansiedad es necesario saber que no todo es ansiedad.

La ansiedad se ha colado en nuestras vidas y muchas veces nos referíamos a ella para hacer mención a cualquier estado de ánimo agitado o nervioso. Por ello es importante saber delimitar sus características y no emplear este término para referirnos a cualquier malestar.

Debemos tener en cuenta que el término ansiedad se usa indiscriminadamente. Muchos de vosotros habréis oído decir en los últimos días “tengo una ansiedad… necesito vacaciones” o, incluso vosotros mismos, habréis empleado el término en este contexto. No obstante, las personas que sufren ansiedad presentan un gran malestar y debemos de prestarle la adecuada atención.

Ansiedad

¿Qué es realmente la ansiedad?

La ansiedad es un mecanismo de defensa que utiliza nuestro organismo para ponernos en alerta. Suele deberse a una preocupación excesiva que se manifiesta físicamente acerca de algún hecho que ocurrirá en el futuro. Entre sus síntomas más destacados nos encontramos los problemas de sueño, la taquicardia, la fatiga, la irritación, la sudoración, etc. Además, este estado de preocupación está presente en los individuos por un periodo relativamente largo (varios meses).

¿Cómo podemos ayudar a nuestra pareja o amigos?

  1. Escuchar. Dedicarle toda nuestra atención cuando la persona esté relatándonos sus pensamientos, sentimientos y emociones relacionados con el malestar. Es necesario mostrarle a la persona que estamos ahí para ellos.
  2. Dar espacio y no forzar. Cada persona necesita su tiempo y aunque en muchas ocasiones veamos claro lo que la otra persona tendría que hacer para “estar mejor”, es necesario armarnos de paciencia y estar a su lado sin juzgar, acompañándole en el malestar, pero sin presionarle a obrar de determinada manera. 
  3. Comunícate tú también. En muchas ocasiones la persona que acompaña al “ansioso” acaba sufriendo un gran desgaste emocional y frecuentemente la relación entre estas personas puede verse deteriorada. Para prevenir este desgaste es necesario expresarle a la persona cómo nos hace sentir esta situación de manera delicada y sincera.
  4. Que no sea el único tema de conversación. Frecuentemente el malestar se convierte en el foco de cualquier conversación. Aunque es importante escuchar y acompañar a la persona, también es fundamental hablar de otros temas.
  5. Contactar con profesionales. Como parejas o amigos podemos acompañar, tratar de aliviar el sufrimiento, distraer a la persona por unos momentos, aconsejar sobre algunos temas, pero no podemos pretender ser los salvadores porque, como hemos comentado, en muchas ocasiones la situación acaba arrastrándonos a nosotros también.

Para abordar estas y otras situaciones, desde el Centro Delta Psicología estamos para ayudar. Nuestro equipo de profesionales está a la disposición de todo aquel que lo solicite. Nos encontrarás en el 944241960 en el email info@centrodelta.com o en las redes sociales como instagram twitter.