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La imagen de enemigo

Quizá no te hayas dado cuenta, pero la imagen de enemigo en ocasiones se instala en tu cabeza de tal manera, que te hace daño por sí sola. Alguien se ha portado muy mal contigo, «objetivamente» te ha hecho daño, y eso es algo que conecta indefectiblemente con sentimientos de rechazo, ira, furia, enfado,…

¿Cuánto daño me hace?

No podemos cuantificar tan fácilmente el daño que la imagen de enemigo puede infringe en ti, pero sí puedo decirte que es una tendencia, 100% humana, que si no aprendes a controlarla (ponerla en duda), puede llegar a bloquear tu vida entera.

Existen una serie de razones, que tú sabes muy bien, por las cuales esa persona ya no se merece tu perdón. Sentir ese remordimiento, esos deseos de venganza o esa inquina, independientemente de que tengas o no razón; te hace sufrir, hablar de ellos más veces de las que desearías. El tema ya cansa, te cansa, y cansa a los demás.

¿Cómo hacer para superarlo?

Hay varias maneras, pero todas pasan por darte cuenta. «El cagado no se huele», solía decir un hombre sabio… Por tanto, si vives instalado en la certeza, en la seguridad de tus convicciones, genial, te proporcionará mucha seguridad; pero si esa seguridad es a costa de pasarlo mal día tras día… ¿te merece la pena? Yo creo que no.

Es importante estar receptivo, o llamémoslo mostrar confianza con las personas que te quieren. Ellas serán las que puedan dar el primer paso en despermeabilizar tus rígidas creencias sobre el conflicto con esa persona odiosa.

¿Y entonces qué hago?

Busca datos, datos actuales, tus conclusiones actuales no son más que ejercicios adivinatorios. Busca evidencias de que esa persona «tan mala» sigue a día de hoy queriendo hundirte, y buscándote tras la esquina para machacarte. Por ejemplo: puedes enterarte de lo que opina sobre lo que pasó el fin de semana pasado?, ¿puedes conocer de primera mano, de palabra, que sigue pensando en que eres un inútil?, ¿sigue despreciando a esa otra tercera persona querida por ti?, ¿ha vuelto ayer a hablar mal de ti?, ¿el propósito de su mensaje en redes sociales es evidentemente dejarte en evidencia?

Datos e interpretaciones

Cuáles son los datos y cuáles tus interpretaciones. Datos: frases, palabras, hechos, actos, comentarios objetivamente con una intención clara y diáfana unívocos, sólo pueden interpretarse de es amanera.

Interpretaciones: datos que no son tan evidentes y que dependiendo de la comunicación no verbal, del gesto, del todo, de la intención, del contexto, del momento en el que se dice,… pueden interpretarse como ofensivos o como inocuos.

Busca estos dos elementos en los «intercambios» que tengas con esa persona odiada.

¿Quizá estarás viviendo del pasado, de los datos ofensivos del pasado, y de interpretaciones ofensivas en el presente?

¿te merece la pena?

A través de la psicoterapia, en unos casos, y a través de la mediación y gestión dialogada de c onflictos en otras, podemos ayudarte a desenredar esa imagen de enemigo que tanto daño te hace.

Estamos en Bilbao, puedes contactarnos en info@centrodelta.com o en el teléfono 944241960 y dejarnos mensaje. Estaremos encantados de atenderte. www.centrodelta.com

Mindfulness, ¿qué es? ¿cómo practicarlo?

Seguramente hayas oído hablar en los últimos años del Mindfulness, de sus técnicas o de la necesidad de tener una actitud más “Mindfulness”, pero ¿de qué se trata exactamente?

El mindfulness puede definirse como la capacidad de “prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación”. 

Origen

Se considera que el origen del Mindfulness puede situarse hace unos 2.500 años en la tradición budista. Aunque fue el buda Siddharta Gautama el impulsor de esta tradición filosófica, no fue hasta la década de los 60 cuando Jon Kabat-Zinn la llevó a occidente.

Su traducción al castellano no sería otra que “Atención Plena, Conciencia Plena, Presencia mental o Conciencia Abierta”, entre otras.

Pilares del mindfulness

A continuación, os presentamos algunas pinceladas sobre los fundamentos de esta filosofía:

  • No juzgar. Se trata de ser testigos de lo que pasa a nuestro alrededor, tratando de no valorar ni reaccionar ante los estímulos internos o externos. Observar sin emitir juicios de valor.
  • Paciencia. Comprender que las cosas pasan cuando tienen que suceder. No acelerar el proceso.
  • Mente de Principiante. Estar dispuesto a todo como si fuera la primera vez. Dejar atrás las creencias, las impresiones o las ideas propias. Cada experiencia es única y no es igual a otra.
  • Confianza. Creer en uno mismo, en la propia intuición y sabiduría.
  • No esforzarse. Practicar la atención sin tener la intención de obtener ningún resultado.
  • Aceptación. Ver las cosas como son en el momento sin intentar cambiarlas.
  • Ceder. Permitir que las cosas sean como son, sin aferrarnos a ellas. El objetivo es soltar, dejar ir la experiencia sea positiva o negativa.
Midfulness

Beneficios del mindfulness

Son numerosos los beneficios que se han encontrado de esta práctica. Entre ellos podemos encontrar:

  • Mejora de la capacidad de concentración y de memoria
  • Disminución de los niveles de estrés y de ansiedad.
  • Mejora del control atencional.
  • Una mayor capacidad de regulación emocional.
  • Mejora del autoconocimiento y autoconciencia.
  • Disminución de la presión arterial
  • Aumento de la relajación.

¿Cómo podemos ir practicando?

Que te parece si durante estas vacaciones pruebas a hacer mindfulness durante unos minutos. Mediante algunos ejercicios muy sencillos puedes poner en pausa el día, detener la vorágine en la que te encuentras y tener unos minutos para parar y respirar.

Prueba lo siguiente: busca a un lugar tranquilo (una habitación, el jardín, la playa, el monte) y cierra los ojos. Comienza prestando atención a tu respiración. Siente tu respiración, como sube y baja tu pecho, la frecuencia de las inspiraciones. A continuación, pasa a observar la posición de tu cuerpo, pero recuerda, ¡observa sin juzgar! Se trata simplemente de darnos cuenta de cómo está nuestro cuerpo y su posición en el espacio. Después de unos minutos, pasa a tomar conciencia del entorno. ¿Qué se escucha? ¿Qué temperatura hace? Más tarde observa tus pensamientos. Repito que se trata de observar lo que nos viene a la mente sin intentar controlar lo que pensamos o juzgar las creencias que pasan por nuestra cabeza. Por último, ¡abre poco a poco los ojos!

¿Cómo te sientes?

Si necesitas más información sobre el mindfulness o quieres aprender algunos ejercicios para practicar en tu día a día, ¡ponte en contacto con nosotros!

Desde el Centro Delta Psicología estamos para ayudar. Nos encontrarás en el 944241960 en el email info@centrodelta.com o en las redes sociales como instagram twitter.

Aprender: equivocarse y acertar

Nuevo curso, nuevas intenciones, nuevos propósitos,… parece que como los eneros, los septiembres nos traen una inyección de motivación generadora de ganas de cumplir nuevos planes, llegar a otras metas.

¿Pero qué nos pasa cuando en el camino fracasamos?, ¿o no llegamos a las «metas volantes» que nos habíamos planteado? Es posible que la decepción, el cansancio y hasta la desidia nos invadan. Pero debemos saber que el camino del aprendizaje tiene baches. No está asfaltado como una autopista; más bien es como una pista forestal.

Equivocarse, frustrarse e incluso desesperarse son emociones válidas y hasta necesarias en la marcha que persigue nuestros sueños.

Luchemos, sigamos, sudemos más; hasta que las metas estén más cerca. Seamos plenamente conscientes que las metas no nos darán la felicidad, sino que la felicidad está en los momentos, en los días, en las semanas en las que perseguimos dichos objetivos.

¿Cuál es tu objetivo?, ¿cuáles son tus dificultades?, ¿cuáles tus fortalezas?

Renovarse y evolucionar

En ocasiones llegan momentos vitales, fin de ciclo, que nos indican que hemos de pasar página. Son puntos de inflexión en nuestras vidas, acompañados por personas que nos exhortan, nos interpelan a que demos un paso, un paso hacia adelante.

A veces sin darnos cuenta, recibimos un golpecito en el hombro para que hagamos dos cosas: mirarnos y pasar página. ¿No te ha pasado alguna vez? Suele coincidir con cierres de ciclos circanuales (ciclos vitales que duran un año aproximadamente), pero no tiene por qué.

Renovarse significa tirar lo viejo en el sentido de gastado, usado e inservible. Renovarse es acercarse a lo nuevo refiriéndonos a nuevos proyectos, ideas, lanzarse a probar lo nuevo, ¿por qué no?

En Centro Delta Psicología hemos notado un golpecito de esos, hemos aprovechado este mes de junio y hemos renovado el local para darte un servicio más cómodo y acogedor.

El valor del perdón

«Perdona, lo siento, es verdad, me he equivocado»

Expresiones como esta nos sitúan en los inicios de la reconciliación y del reencuentro, del acercamiento. ¿Por qué?

La dinámica del conflicto lleva automáticamente al fortalecimiento de las posiciones propias frente a las ajenas. Sentirnos en conflicto con alguien hace que afiancemos de serie nuestros pareceres, nuestros razonamientos y nuestros intereses frente a la persona que tenemos frente a frente.

No pocas ocasiones sentimos la certeza de que sólo con un gesto del otro, con un movimiento lógico, necesario y hasta fácil , podrá comenzar a destensarse el conflicto. Nuestro automatismo nos lleva a situar la clave de la desfiguración del conflicto en el paso que la otra persona debe dar, lo que él debe hacer; siempre mucho más significativo que cualquier paso que podamos dar nosotros.

El perdón tiene la cualidad de no ser un movimiento tan aparentemente «innato». Parece contra natura, pero me resisto a calificarlo definitivamente así. Nos sitúa como agentes individuales del cambio, sólo nosotros soportamos el paso que damos, por nuestra cuenta, sin esperar nada a cambio. Nos movemos para que todo se mueva; pero desde nuestra propia iniciativa, sin esperar nada a cambio. Éste es el arranque genuino del perdón: el movimiento propio, voluntario e intencionado para destensar un conflicto.

Después viene la reacción del otro, vienen sus mensajes, sus sentimientos, que escucharemos como parte de un nuevo camino que comenzamos hoy a andar.

El perdón es un acto de generosidad hacia la situación conflictiva, que busca destensarla; sin ninguna contraprestación.

Sólo avanza, avanza solo. Y luego espera, mira, observa.

Ojalá veamos más pasos de perdón.

Día 20 de abril, Día del Perdón.

Gafas de lejos: mujeres por la igualdad.

Recorro metro a metro la Gran Vía de Bilbao y a cada paso un lazo morado, una prenda negra,… y una sonrisa. Una niña haciéndose un selfie con quien parece su madre, mujeres mayores con lazos morados charlando sobre la necesidad de equiparar las condiciones entre hombres y mujeres. Adolescentes en grupo, cómo no, buscando colocarse en el punto exacto entre la vergüenza y la protesta. Abogadas, periodistas, amas de casa, trabajadoras,… todas ellas agrupadas, sentadas, en pie, marchando por la igualdad. Pocos hombres, casi testimonial. Alguien corre el bulo de que «no es una manifestación mixta, a los hombres no nos dejan», literal.

Pero miremos más allá. Miremos lejos. Acerquémonos a las mujeres que piden igualdad, acerquémonos los hombres que pedimos lo mismo. Me sumo. Quiero igualdad. Quiero fraternidad, entendimiento y acercamiento entre diferentes. Eso nos da la fuerza como grupo, como sociedad. Pongámonos las gafas de lejos, no las de cerca, y miremos hacia el horizonte, ese destino donde plantamos árboles para que nuestros hijos e hijas, nuestras hijas e hijos puedan cobijarse de las tormentas que vendrán. En igualdad, hombro con hombro. Juntos. Pasemos por encima de las exclusiones e imaginemos un futuro posible, hoy, en el que las personas seamos, por encima de nuestra identidad de género, personas.

Y la nieve llegó

Último día de febrero de 2018. Tras los avisos, tras los mensajes, tras los partes,… la nieve llegó. Y llegó a raudales, cubriendo todo Bilbao con su blanco manto. Cuatro vehículos por la calle, dos de ellos atascados. Niños sin clases, con sus padres tirando bolas de nieve por la calle. Tablas de snow en el parque de los patos rascando los minutos de diversión que este lujo nos permite hoy. Trenes circulando difícilmente. Y las personas contemplando el día, el momento, la situación.

Las emociones a flor de piel. Hoy la protagonista es la SORPRESA. A los más pequeños les rebosan los abrigos de atención a la novedad. Algunos se divierten sin medida, otros, precavidos, se sacuden las manos y los pies a cada paso. Hay de todo.

Sólo algunos no pueden ver, sentir, ni disfrutar de este espectáculo. Nuestro vecino, el león de Jado es uno de ellos, pero hay más.

Hoy me acuerdo de todas aquellas personas que no pueden sentir sorpresa, ni alegría, ni precaución ante el espectáculo mágico que tenemos hoy entre nosotros.

¿Demasiado bienestar?

¿Puede ser perjudicial demasiado bienestar? Vemos cómo las personas parece que tendemos a mejorar continuamente nuestra vida, nuestro entorno, nuestras comodidades,… ¿tiene algún límite? ¿Existe algún momento en el que más bienestar nos resultará perjudicial?

La respuesta es sí. Parafraseando a Freddy Mercury «Too much wellness will kill you».

Los smartphones nos evitan las esperas, nos alivian con inmediatez. Parece que el objetivo es vivir en el hedonismo, en el puro goce y disfrute, mirando hacia otro lado del dolor (que no sufrimento), y certificando que la buena vida es la vida cómoda.

Tras estar veinte años atendiendo a personas que sufren, la conclusión que saco no es esa. No deberíamos buscar ese estado de placer, si se me permite la expresión: pseudo orgásmico continuo incapaz de soportar un ápice de contrariedad y frustración. La felicidad aparece en el horizonte llena de placer, sí, es verdad, pero indefectiblemente pintada con cierto malestar, incomodidad y frustración.

El día que asumamos esta doble cara de la realidad, seremos más conscientes de la vida, y nuestra satisfacción irá en aumento. Dos caras de una moneda: placer y dolor, inseparables pero con las que podemos ser felices.

Echar la culpa

El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, basada en lo que hacemos («soy un representante público»). La autoestima es la valoración de dicha imagen, el tono que le damos a ese autoconcepto («soy un responsable y fiel representante público»).

¿Y qué pasa cuando echamos la culpa de nuestros actos a otras personas? Analicemos. Pues bien, al culpabilizar a alguien cuando «no nos ha quedado más remedio que hacer eso»… realmente estamos manifestando una autoestima muy considerada con nosotros mismos. Por decirlo más claramente, nos queremos infinitamente cuando no nos queda más remedio que actuar contra alguien o contra algo dada la actitud de nuestro interlocutor (por causa de). «Cuando no me dejas más alternativa que hacerlo, la culpa de lo que hago será tuya».

Esta actitud implica que nos queremos a nosotros mismos… demasiado. Sí, he dicho demasiado. ¿Puede uno quererse tanto que no sea adecuado para su bienestar a largo plazo? Pues claro. En estas situaciones en las que percibimos con claridad que los demás son el origen de aquel daño que hacemos, estamos ciegos. No vemos que el responsable de los actos somos nosotros mismos. Cada uno es siempre responsable de sus actos.

Pensemos en multitud de ejemplos en los que las personas tenemos mucho margen de actuación frente a los contratiempos, las frustraciones y las contrariedades con las que nos encontramos en nuestro devenir diario. Si no sale como yo esperaba, si no se comporta esa persona como yo espero o como creo que debe, me frustro, y para salir de la frustración, echo la culpa de lo que vaya a hacer a continuación.

«No me dejó otra alternativa», «me veo abocado a hacerlo», «sólo me dejas esa opción»,… son excusas que nos salvan de calificarnos como malas personas por hacer algo a sabiendas que no deberíamos hacerlo. Esas explicaciones percibidas como ciertas, nos quitan esa culpa y la colocan en la otra persona: autoestima a salvo.

Demasiada autoestima puede ser perjudicial para la salud. En caso de duda consulta con su psicólogo.

Mindfulness está de moda.

Desde hace un tiempo cada vez oímos más esta palabra por todos lados. Este tipo de meditación que no lo es suena en muchos lugares, y parece que Mindfulness se ha puesto de moda.

mindfulness

Es verdad, está de moda. Empresas, colegios, asociaciones e instituciones realizan talleres y formaciones incluyendo el mindfulness. Parece que estamos descubriendo algo nuevo, pero si reflexionamos, no es así.

Las técnicas y habilidades de conciencia y meditación, entre ellas el mindfulness, se llevan realizando desde hace mucho tiempo en este mundo, un ejemplo de ello son multitud de países de cultura oriental que son pioneros y parece que lo llevan impregnado en su estilo de vida.

A la mayoría, hace años, el taichí, la relajación, o el yoga nos parecían prácticas extrañas a lo menos que curiosas y hoy en día son pocos los lugares que no las ofertan y multitud de personas las que lo practican.

Mindfulness de moda

Así que, ¿Por qué no? Aquello que está de actualidad y nos da la posibilidad de enriquecernos, nutrirnos y construirnos como personas más satisfechas, bienvenido sea. Siempre y cuando no caigamos en la idea de que por practicar mindfulness encontraremos el santo grial de la felicidad eterna.

Sus beneficios pueden ser varios, como ayudarnos a vivir con menos estrés y ansiedad, mejorar nuestra atención y concentración y aumentar nuestro conocimiento personal.

Eso si, para obtener sus beneficios, del mismo que con otras técnicas, no podemos olvidar la importancia de la práctica, la cual conlleva curiosidad, paciencia y esfuerzo.

En el equipo de Centro Delta utilizamos le mindfulness como otra técnica, de muchas, en nuestras intervenciones con personas que necesita una intervención profesional a sus dificultades emocionales y de relación con los demás.

Nos tienes a tu servicio en el e mail info@centrodelta.com