¿Demasiado bienestar?

¿Puede ser perjudicial demasiado bienestar? Vemos cómo las personas parece que tendemos a mejorar continuamente nuestra vida, nuestro entorno, nuestras comodidades,… ¿tiene algún límite? ¿Existe algún momento en el que más bienestar nos resultará perjudicial?

La respuesta es sí. Parafraseando a Freddy Mercury «Too much wellness will kill you».

Los smartphones nos evitan las esperas, nos alivian con inmediatez. Parece que el objetivo es vivir en el hedonismo, en el puro goce y disfrute, mirando hacia otro lado del dolor (que no sufrimento), y certificando que la buena vida es la vida cómoda.

Tras estar veinte años atendiendo a personas que sufren, la conclusión que saco no es esa. No deberíamos buscar ese estado de placer, si se me permite la expresión: pseudo orgásmico continuo incapaz de soportar un ápice de contrariedad y frustración. La felicidad aparece en el horizonte llena de placer, sí, es verdad, pero indefectiblemente pintada con cierto malestar, incomodidad y frustración.

El día que asumamos esta doble cara de la realidad, seremos más conscientes de la vida, y nuestra satisfacción irá en aumento. Dos caras de una moneda: placer y dolor, inseparables pero con las que podemos ser felices.

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