«Mamá…, ¿me estoy portando bien?»

«…Parece mentira, hija, evidentemente no…» Algo similar pasa cada día en cada casa de un niño o niña de entre 3 y 7 años. Si lo tenemos tan claro, ¿por qué ellos no?

Expresiones como: portarse bien, hacer lo que debes, ser responsable, hacer las cosas como te las pido, pensar en los demás, hacer lo lógico, entra en razón,… no son útiles a la hora de educar. No valen para nada.

A un pequeño «pensante» de esas edades le cuesta, por desarrollo madurativo, realizar abstracciones, generalidades y asumir conceptos no tangibles. Es posible que sea capaz de repetir (aprendizaje por modelado) expresiones que escucha a los adultos y nos dé la impresión de que sabe lo que dice. Pero no.

Desde el papel de padre y madre, abuelo o abuela, tío o tía; debemos concretar lo más posible nuestros límites e indicaciones. Por ejemplo: lávate la cara, espera a que tu hermana termine de hablar, ahora no toca jugar a eso, estás sentado correctamente y eso me gusta, has pedido el postre por favor,… Este tipo de abordaje más concreto ayuda, a estas edades a identificar los objetivos socialmente deseables para su entorno adulto.

No olvidemos que hacemos los hijos e hijas a nuestra imagen y semejanza; pero que ellos, de por sí, traen una carga genética propia y permeable a nuestra acción. La otra parte que desde los educadores podemos moldear; hagámoslo desde los cero años… de lo contrario a los catorce podrá ser el crujir y rechinar de dientes…

ACTITUDES ANTE LA MUERTE Y EL DUELO

La muerte y el duelo. Sólo hay un momento en la vida, en la que no hay vuelta atrás, la muerte. Esa palabra que tanto asusta y a la que tanto se teme. Algunos lo llevan más presente, otros en cambio sólo se acuerdan cuando les llega la mala noticia, entonces, sienten malestar, acordándose de la familia y los seres queridos que deja. En caso de allegado afectivo, se recuerdan todas las características positivas, habilidades, momentos buenos y agradables de la persona, y se deja en el tintero lo negativo.

La muerte

Mientras la persona afectada siente incredulidad, insensibilidad, enojo, rabia, resentimiento, tristeza, miedo, angustia, culpa, reproches, soledad, ambivalencia o incluso alivio, los amigos de la familia o “conocidos” buscan la frase mágica para que todo lo anterior no se de, o suponga un alivio.

La muerte: ¿remedios mágicos?

No hay fórmulas magistrales pero no se debe caer en consuelos fáciles y frases hechas: “le acompaño en el sentimiento”, “ya está descansando”, o “es ley de vida”. En su lugar, resulta mucho más útil la comunicación no verbal, esto es, un abrazo, una mirada, un gesto… Lo importante es conocer a quién se pretende “aliviar” para adoptar la mejor actitud.

Puedes llorar porque se ha ido o sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado.

Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver o puede estar lleno del amor que compartisteis

Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío, dar la espalda o puedes hacer lo que a él o a ella le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Poema Popular Escocés

Desde el Centro Delta Psicología de Bilbao, podemos ayudar a que entiendas estas situaciones y puedas, con tiempo, ir construyendo una nueva experiencia vital que tenga cierto sentido. Estamos para escucharte en el 944241960 y en el mail info@centrodelta.com

El adolescente aburrido

Uno de los indicadores característicos de la entrada en la adolescencia es el aburrimiento. Nuestros chicos y chicas que entran en los 10, 11 años… dejan de jugar a lo que siempre les ha gustado, y en ocasiones se sienten aburridos. Parece los juegos u ocupaciones de antes ya no les satisfacen y buscan algo más. Algo más que no debemos darselo los padres; sino que ellos deben ir encontrándolo poco a poco. En este camino entran en juego, con fuerza los amigos, el grupo de iguales.

Es entonces cuando van cobrando fuerza las relaciones sociales de igual a igual; los intereses compartidos, la confianza en el otro, las confidencias, los grupos cerrados pero variables en el tiempo, los deportes en común, los roles de cada uno,… es en esta edad cuando los padres debemos hacer un esfuerzo porque sean ellos y ellas mismas. Les debemos dejar que descubran su identidad, sus gustos y preferencias y desarrollen sus habilidades. Deberíamos estar a su lado, compartir esos nuevos intereses; permitirles ritmos diferentes, momentos para estar solos, permitirles el aburrimiento y no pretender eliminarles todo ese malestar que pueden manifiestan.

Están entrando en la edad adulta; y esto no ha hecho más que empezar…

¿Tapamos o sacamos?

Cuando sentimos que nos vamos a enfrentar a alguien… ¿miramos para otro lado (por la paz un avemaría) o destapamos la caja de Pandora? La propia naturaleza del conflicto, las personas y el momento, nos van a dar la pista.

Como norma general mi opinión es que en mejor enfrentarlo, sacarlo, destaparlo,… pero existen contextos, situaciones, personas, tiempos,… que nos exigen prudencia, freno, posponer,… para poder resolver más adelante… o nunca.

Cada persona sabe hasta dónde puede llegar con la otra persona; o si de verdad le merece la pena destapar el conflicto… la pregunta que debemos hacerlos, entonces, es una doble: ¿destapando el conflicto creo que soy fiel a mi mismo Y además creo que el conflicto puede disminuir y por tanto mejorar la convivencia?

Si la respuesta es afirmativa, adelante, digámosle a nuestro compañero de trabajo que estamos hartos de que no cumpla lo que nos promete; pero si la respuesta es negativa, deberemos asumir que es positivo para nuestra suegra tomar decisiones que cada navidad tumban nuestros planes…

La distancia emocional

El grado de apertura, de desnudez que enseñamos de nuestras emociones a otra persona es lo que llamamos «distancia emocional». En cada relación personal que establecemos existen muchos indicadores que desvelan la conveniencia social y personal de mantener una u otra apertura. Hemos de leer bien la relación, el contexto, las consecuencias, los intereses de ambas personas,… y luego, sólo luego, mostrar nuestra distancia; hasta donde queramos.

La distancia emocional no la marca las convenciones sociales; o al menos, no deberían. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, es realmente adaptativo e inteligente que seamos nosotros mismos los que decidamos dónde, cuándo y con quién abrirnos y hasta dónde.

Es posoble que una excesiva apertura, una distancia corta nos haya favorecido, en un momento dado, un daño, un perjuicio; por no ver la reciprocidad en el otro. Lo deseable, entonces, es recapitular, reflexionar y posiblemente agrandar esa distancia y aprender.

La vida es continuo aprendizaje, es ensayo y error. Es prueba sobre prueba… pero sabiendo que nosotros tenemos el control. Podemos sobreponernos a las derrotas, a los desengaños… y volver a ser nosotros mismos; no es poesía, es realidad.

Los test psicológicos

Las hay de dos tipos fundamentales, atendiendo a su mayor o menor respaldo científico. Los dos deben ser aplicados por psicólogos suficientemente hábiles en su aplicación concreta (los hay de muchos tipos y requieren habildades diferentes).

Unos ofrecen unos resultados que deben ser intrepretados de manera subjetiva. Y los resultados de los otros no están sujetos a criterios subjetivos de «ojo clínico»; sino que se basan en la comparación con otras personas de su grupo normativo: como nuestro cliente.

Este segundo tipo está respaldado por estudios sobre muchos sujetos; que se distrubuyen en la cuva normal o campana de gauss de las ciencias estadísticas; por lo que, dentro del margen de error o desviación típica que poseeen, nos suelen ofrecer una idea bastante acertada de la variable que pretendemos medir.

Los hay que miden ansiedad, depresión, habilidades sociales, adaptación, personalidad, inteligencia «tradicional», inteligencia emocional, clima laboral, habilidades del lenguaje, desarrollo cognitivo, atención, impulsividad, etc.

Debemos utilzarlos con prudencia; y siempre al servicio de los intereses de nuestros clientes; como un medio enfocado a la terapia; y no al conocer por conocer.

La habilidad del psicólogo clínico consiste en el punto medio entre medir, intrepretar, ofrecer recursos, escuchar, acompañar, … y el resto lo hace la persona que tenemos enfrente.

¡Qué proceso increible es la terapia psicólógica cuando se producen determinados cambios en aras del bienestra de la persona; y a raíz de una satisfactoria relación terapéutica!

Abordaje educativo de alumnado con altas capacidades

Curso de verano de la UPV/EHU, en Donosti, jueves 28 y viernes 29 de junio de 2012

LA RESPUESTA EDUCATIVA AL ALUMNADO CON ALTAS CAPACIDADES EN LA ESCUELA INCLUSIVA

Dirigido por: Isabel Galende Llamas y Lorea Aretxaga Bedialauneta. Berritzegune Nagusia. Bilbao.

Lugar: Palacio Miramar, Donostia- San sebastián.

Objetivos:

-Comprender y abordar la atención a la diversidad del alumnado con altas capacidades dentro del marco de la escuela inclusiva.

– Contribuir a un mayor conocimiento de la realidad de este alumnado: conceptualización y características.

– Analizar los aspectos sociales y emocionales.

– Dar las claves para la identifi cación de las altas capacidades.

– Ofrecer indicadores y estrategias educativas para poder responder adecuadamente a las necesidades que este alumnado presenta.

– Debatir en una mesa redonda las fortalezas, los desafíos, amenazas y oportunidades que tenemos delante en un futuro próximo.

– Abordar las principales medidas educativas, ordinarias y específi cas, que en la actualidad se están poniendo en marcha y la necesidad de crear otras nuevas.

– A través de una historia personal, ofrecer otra mirada de las altas capacidades.

En colaboración con el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco.

Más información, pinchando aquí.

El trauma

Ya sólo el nombre da miedo… y es que nos referimos a acontecimientos que «han producido» (y evocan en la actualidad) emociones intensamente desagradables, dificultades físicas y molestias que contaminan nuestra vida cotidiana.

A nadie se le ocurre, cuando amanece un dia lluvioso, y teníamos pensado acercarnos a la playa o a dar un agradable paseo por el campo,  gritar al cielo: «¡Para de llover!, ¡sol, ven, por favor…!» Sería absurdo. Pero sí que se nos ocurre intentar modificar situaciones externas que tampoco podemos controlar; como una reacción desairada de nuestro padre; un comentario nada afortunado de nuestra compañera de trabajo, o una agresión a nuestro hijo de cinco años en forma de mordisco por su compañero de juegos en el patio del colegio…

¿Hasta dónde podemos y queremos cambiar los acontecimientos?, ¿hasta dónde podemos y queremos cambiar nuestra «digestión» sobre ellos?

El trauma, tema que hoy nos ocupa en estepequeño espacio, viene a ser un «disparador» de emociones negativas intensas, pero nunca su causa.

La Psicoterapia cognitivo-conductual, en cualquiera de sus manifestaciones o variaciones actuales, intentará recondicionar, contracondicionar,… volver a revivir la situación pero con otra emoción. Y para ello, lo primero que debemos hacer es afrontar el pasado; saber qué es lo que pasó, verlo, tocarlo, sentirlo…; para luego poder cambiarlo. Nunca olvidaremos; sino que aprenderemos de ello para poder crecer; a nuestro ritmo, al ritmo de cada cual, pero crecer. Nunca se para de crecer.

Hacer de la enfermedad una aliada

«Luchar contra la adversidad», «Superar una enfermedad»,… son actitudes loables, que implican lucha, sacrificio, victoria, objetivo cumplido,…

¿Y si nos planteáramos la enfermedad como un acompañante para ser más fuertes?, como una oportunidad para crecer y conocernos mejor a nosotros mismos. No es una actitud nueva para quien dice haber aprendido de LA enfermedad; no de SU enfermedad.

Sentir dolor, incomodidad, malestar, vergüenza, miedo,… es muy humano; y no es nada agradable; pero no deja de ser parte del camino de la vida. Vivir feliz no es vivir anestesiado, u «orgásmico»; sino tener la certeza de que los sentimientos agradables y satisfactorios, ganan por goleada a los del grupo del sufrimiento.

Dicen los más sabios que siempre estamos aprendiendo. Y cuanto más se sabe, más se sabe lo que nos queda por saber,…

Animo a todas las personas que están conviviendo con una enfermedad que día tras día les recuerda su presencia. Les deseo que reenfoquen su malestar hacia el aprendizaje de nuevas fronteras propias,… y ajenas. ¡Animo!

Las propias capacidades, ¿hasta dónde soy capaz de llegar?

«La realidad no existe. Existen percepciones de ella; imagenes y contructos que nos hacemos de nosotros mismos y de nuestro entorno.» Esta afirmación, que puede parecer muy tajante revela la importancia de la percepción la construcción de nuestra propia identidad. No es lo que hay, sino cómo lo veo. Y aquí hay capacidad de decidir.

Somos lo que creemos que somos. Creemos en nuestras capacidades por la información que nos llega de lo que hacemos, decimos y sentimos. No es tanto la «realidad» la que nos dirige o «manda», lo que sabemos o hasta dónde llegamos.

Existen multitud de ejemplos de superación personal. La vida en un reto, la crisis actual de las economías de occidente no es más que una oportunidad para replantearnos aspectos que dábamos por hechos y que  ahora requieren una revisión; a nivel «macro» (estructuras sociales) y a nivel «micro» (personalmente cada persona).

Demos una oportunidad la cambio.

94 424 19 60 / Psicólogos en Bilbao.