«Me han timado»…

Cuando alguien, con dotes notables de amabilidad y comunicación consigue hacer creer a otra persona que tiene ante sí un chollo, una oportunidad única; algo que no debe dejar pasar… estamos hablando de un manipulador.

Existen muchas personas cuyos valores éticos son sencillamente inexistentes, y cuyo objetivo es lucrarse a costa de las personas incautas y de buena fe.

La prevención de este tipo de trampas está en el control de los impulsos del vulnerable. Es decir, que debemos apelar a la demora del refuerzo, a retrasar ese premio que inminentemente va a tocarnos, debemos esperar a disfrutar de las llamativas ventajas de dichas condiciones preferentes,… para pensar y contrastar la información con otras personas, con otras fuentes,…

Nuestro cerebro racional debería estar por encima del emocional. El lenguaje interno aquí es fundamental: «parece tan fácil que debe tener trampa», «no puede ser que sólo yo sea el elegido», «¿y por qué tanta prisa porque dé mi consentimiento y firme?»,…

¡Nadie da «duros a peseta»; nadie. Y si alguien los da, es porque luego piensa cobrarse luego veinticinco!

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