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Echar la culpa

El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, basada en lo que hacemos («soy un representante público»). La autoestima es la valoración de dicha imagen, el tono que le damos a ese autoconcepto («soy un responsable y fiel representante público»).

¿Y qué pasa cuando echamos la culpa de nuestros actos a otras personas? Analicemos. Pues bien, al culpabilizar a alguien cuando «no nos ha quedado más remedio que hacer eso»… realmente estamos manifestando una autoestima muy considerada con nosotros mismos. Por decirlo más claramente, nos queremos infinitamente cuando no nos queda más remedio que actuar contra alguien o contra algo dada la actitud de nuestro interlocutor (por causa de). «Cuando no me dejas más alternativa que hacerlo, la culpa de lo que hago será tuya».

Esta actitud implica que nos queremos a nosotros mismos… demasiado. Sí, he dicho demasiado. ¿Puede uno quererse tanto que no sea adecuado para su bienestar a largo plazo? Pues claro. En estas situaciones en las que percibimos con claridad que los demás son el origen de aquel daño que hacemos, estamos ciegos. No vemos que el responsable de los actos somos nosotros mismos. Cada uno es siempre responsable de sus actos.

Pensemos en multitud de ejemplos en los que las personas tenemos mucho margen de actuación frente a los contratiempos, las frustraciones y las contrariedades con las que nos encontramos en nuestro devenir diario. Si no sale como yo esperaba, si no se comporta esa persona como yo espero o como creo que debe, me frustro, y para salir de la frustración, echo la culpa de lo que vaya a hacer a continuación.

«No me dejó otra alternativa», «me veo abocado a hacerlo», «sólo me dejas esa opción»,… son excusas que nos salvan de calificarnos como malas personas por hacer algo a sabiendas que no deberíamos hacerlo. Esas explicaciones percibidas como ciertas, nos quitan esa culpa y la colocan en la otra persona: autoestima a salvo.

Demasiada autoestima puede ser perjudicial para la salud. En caso de duda consulta con su psicólogo.

¿Tiene mi hijo/a TDA-H?

Son muchas las familias que se preguntan si su hijo/a es movido/a o es que realmente tiene una dificultad, que no puede controlar.

A menudo,  en los distintos medios de comunicación aparecen noticias sobre el exceso de diagnóstico de este trastorno. ¿A qué se debe? El error más común que se puede cometer es el no analizar y no tener en cuenta todas las áreas en las que se mueve el niño/a, es decir, escuela, casa, calle… Las familias pueden proporcionar información del ámbito escolar pero deberíamos profundizar con el profesorado y responsables del centro para conocer la situación actual. Otro error es no indagar sobre otras variables que estén afectando a la conducta de ese/a niño/a, trastornos emocionales, trastornos en el aprendizaje…

Es importante que ante la sospecha de TDA-H se haga una evaluación exhaustiva y se recoja información de los diferentes ámbitos.

 

 

EL DIAGNÓSTICO: mi hijo/a es…, mi hijo/a tiene…

diagNinguna persona está preparada para escuchar que su hijo/a tiene un trastorno “x”. Es cierto que para algunas familias recibir un diagnóstico puede suponer un alivio, ya que expresan: “por fin sabemos cómo tratarle y como debemos actuar…”. Son familias que son conscientes de que algo hay y llevan tiempo dándose cuenta de que las cosas no marchan bien.

Sin embargo, normalmente después de recibir un diagnóstico psicológico “grave” (lo que es grave para unos puede ser leve para otros) pasamos por un proceso de incredulidad, negación, aceptación, cambio, dudas, tristeza, incertidumbre, culpa, frustración, rabia y preocupación. Nos preguntamos: ¿se “curará” o será para toda la vida?, ¿cuántas sesiones serán necesarias?, ¿cuánto tiempo será necesario para ver cambios?, ¿cuál es la mejor intervención?, ¿existe medicación?… Nuestras expectativas y castillos creados en el aire pueden desvanecerse por completo o suponer metas en nuestro caminar.

No existe una única respuesta para cada pregunta que podemos formularnos. Aún con el mismo diagnóstico, la duración del tratamiento, la medicación, la intervención,… puede variar bastante.

Todas estas emociones y preguntas que nos surgen entran dentro de lo esperado en ese camino largo por recorrer. Nos ayudará:

  • Unirnos a personas que estén pasando lo mismo que nosotros.
  • Buscar ayuda psicológica para el tratamiento necesario.
  • No compararnos con otros, cada persona es única.
  • Aceptar el hecho de que hay cosas que no se pueden controlar.
  • Pedir y darnos apoyo entre familiares y amigos.
  • Cuidar de nosotros mismos: comer bien, descansar y atender nuestro aspecto físico.
  • Tener información contrastada sobre el diagnóstico.
  • Ser pacientes con la evolución de nuestro/a hijo/a.
  • No esconder el diagnóstico de tu hijo/a.

Reaccionar frente a las sorpresas potencialmente traumáticas

manerasdevivirAlgunas noticias que nos impactan y nos marcan, las gestionamos improvisadamente… como podemos. Si de repente ha fallecido alguien cercano, o una persona que conocemos se queda sin trabajo de la noche a la mañana, o una amiga pierde al bebé que estaba esperando… nos podemos quedar bloqueados, fríos, sin saber qué decir.

Sentimos miedo. El miedo paraliza, probablemente por su origen evolutivo que permitía a nuestros antepasados pasar desapercibidos mientras el león pasaba de largo.

Cuando sentimos miedo por ese acontecimiento terrible que nos pilla de sorpresa, debemos reaccionar inmediatamente pero sólo diciéndonos esta frase: Estoy impactado. No estoy en condiciones de reaccionar razonablemente. Mi manera de ayudar es acompañar y escuchar más que hablar. No recomendaré nada, y estaré muy atento.

En esos primeros momentos debemos ser cautos, y observar, acompañar y no tomar ninguna decisión que pueda ser definitiva y de la que luego nos podamos arrepentir.

Como en el audio que podemos escuchar en el programa de radio Maneras de vivir, con Kike Alonso en Onda Vasca, podemos optar por discutir con otra persona ajena al acontecimiento potencialmente traumático, o podemos optar por unirnos más a nuestros seres queridos.

Podemos escucharlo pinchando aquí.

20 de marzo Día de la Felicidad: ahí va la receta para valientes…

Entrevista De la Herrán
Contra Deia 20-3-16

El domingo 20 de marzo es el Día de la Felicidad, así, con mayúsculas. Y para conmemorarlo vamos a explicar cuál es la receta para conseguir la felicidad.

INGREDIENTES:

– 500 gr de Experiencias vitales críticas, es decir, potencialmente negativas (¡Pues sí que empezamos bien…!)

– 500 gr de Experiencias vitales reconfortantes, potencialmente positivas (¡Ah, vale, ya pensaba que se habían equivocado…!)

– 1 Kg de sentido de la vida, a poder ser en grano. (¡¿sentido de qué?!)

– Una cucharada sopera de placer físico, reconfortante en el cuerpo, directamente. Se echa sin miramientos a la vida para darle sabor. (Mmmm eso me gusta)

– Un ramillete de experiencias fluidas, a poder ser que cuesten esfuerzo y cansancio, pero que le hagan sentir útil, con poder, con sensación de trabajo bien realizado y que le hagan perder el sentido del tiempo (vaya, eso cuesta esfuerzo…)

– Unas hojas de pertenencia a algo superior a usted. Debes echar, cuando esté todo hirviendo, la sensación de que es parte de algo a lo que pertenece. Puede ser un grupo social de referencia, una percepción de algo más allá de lo mundano. Condimentar al gusto. (Pues esto va a ser más difícil de hacer, tengo que ver cómo me sitúo yo en el mundo…).

RECETA FELICIDADPREPARACIÓN:

Se mezclan las experiencias positivas con las negativas. Se revuelve todo bien hasta que esté a punto de nieve. Se deja reposar media hora, el tiempo justo para decidir si nos centramos más en las positivas o en las negativas.

Si no tuviéramos a mano experiencias positivas, algo pasa en el supermercado de abajo de casa… No puede ser. Estaremos utilizando las gafas inadecuadas para ver en las estanterías de ese maldito supermercado… Colóquese otras gafas, las del optimismo, y comience a ver que probablemente algunos productos que considera negativos, no lo sean tanto, y le hayan ayudado a valorar mejor la vida, ¡caramba!

Si lo que no encuentra en el supermercado son experiencias negativas, vuelva a casa y enciérrese en el lavabo. Mírese al espejo. Usted es cada vez más viejo y la muerte está más cerca. Si con esto no desespera, padece usted un síndrome aún no aceptado por la comunidad científica internacional, y que poca gente padece: «desconexión ilusa de la realidad». Así no puede usted vivir. Debe aceptar que en la vida siempre hay cosas buenas y malas. Su príncipe azul acabará destiñendo. No se deprima, es normal. A la tercera vez que lo lave quedará con un color azul cielo combinable con el resto de su fondo de armario. Ideal.

Cuando haya recopilado igual cantidad de experiencias buenas y malas, mezcle todo bien de nuevo con esfuerzo (¡Y dale con el esfuerzo…!). Es importante que aprenda de las experiencias negativas, porque incluso ésas le harán ver que la vida merece la pena vivirla, y le ensenarán el SENTIDO que debe escoger para vivirla. Debe buscar incansablemente por las tiendas cercanas a su casa, y a poder ser también por los hospitales, PARA QUÉ está usted en esta vida: si puesto por el ayuntamiento o para algún fin que le motive. En el segundo caso, récelo tres veces, como Bitelchús y siga con la receta. En caso contrario, espere hasta que encuentre el sentido a su vida. Puede llevarle años, pero merece la pena. No se preocupe por la caducidad de los ingredientes mientras espera frente al horno abierto: no caducan.

Añada, unas gotas de sudor y lágrimas producidas por las experiencias que le hacen a usted fluir y que le recuerdo que le hicieron sudar: cansan. Si no tuviera, siempre puede echar un anca de rana, de las que habitualmente tenemos en la cocina; le da el mismo sabor.

Por último, meta todo al horno durante 5 ó 6 años, hasta que se de cuenta que la felicidad de aprende, no se siente o hasta que esté dorado.

Una vez pasado ese tiempo, nunca antes, decórelo con la sensación de pertenencia a algo superior a usted. Debe espolvorearlo con delicadeza, pues este tipo de experiencias son muy volátiles y no se venden en supermercados, ha de fabricarlas usted mismo o encontrarlas observando a los demás.

PRESENTACIÓN:

Por último y no menos importante, preséntelo en una mesa grande con las personas a las que quiere y las que le quieran. El resto no es que no esté invitada, es que nunca se enteró de que estaba cocinando su propia felicidad. Evite invitar a gilipollas esféricos, son tontos se miren por donde se miren y hacen que el pastel no suba.

¡Disfrute!

El domingo día 20 de marzo de 2016 nos encontrarás en la contaportada del diario DEIA hablando de la Felicidad, pero más en serio… Je je je…

PD. DESDE EL CENTRO DELTA PSICOLOGÍA QUEREMOS PONER UNA NOTA DE HUMOR A ESTE DÍA, PORQUE LA RISA, AUNQUE NO VAYA EL LA RECETA, DEBE ESTAR SIEMPRE PRESENTE EN EL COCINERO

 

Charlas para padres y madres

Porque educar a nuestros/as hijos/as no es tarea fácil, nos surgen dudas, nos desesperamos, desilusionamos, preocupamos… pero también hay momentos buenos, que recompensan el esfuerzo y la paciencia. Para compartir estas situaciones, 10reflexionar y aprender, la Mankomunidad de Txorierri ofrece este espacio en los municipios de Lezama, Zamudio, Derio y Sondika.

Nos vemos!!http://www.deia.com/2015/01/20/bizkaia/uribe-txorierri/txorierri-pone-en-marcha-una-escuela-para-madres-y-padres

 

PA?NICO A CONDUCIR

amaxofobiaCada vez es mA?s conocida la fobia a conducir, tambiA?n llamada «amaxofobia».

Hay personas que despuA?s de obtener el carnA? de conducir se les hace casi imposible ponerse al volante. Sufren sA?ntomas de ansiedad y angustia, como por ejemplo; sA?ntomas fA?sicos; sudoraciA?n, taquicardia, temblores, mareo… TambiA?n se dan otros sA?ntomas psicolA?gicos; sensaciA?n de amenaza o peligro, preocupaciA?n…

Como en cualquier otro tipo de fobia existen tratamientos eficaces para superar el problema, entre otras estA?n las terapias cognitivo-conductuales que combinan diferentes tA?cnicas; exposiciA?n en vivo, reestructuraciA?n cognitiva, biofeedback, tA?cnicas de relajaciA?n, etc.

Desde Centro Delta PsicologA?a ofrecemos programas de tratamiento eficaces para superar este tipo de problemA?tica que tanto hace sufrir a quien la padece.

A continuaciA?n os dejamos un enlace a una noticia sobre la amaxofobia.

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ENFERMEDADES INVISIBLES

“¿Por qué el médico me manda al psicólogo si a mí lo que me duele es la cabeza?”, “¿Por qué el fisio me deriva al psicólogo si a mí lo que me duele es la espalda?”,  “¿Por qué el médico me manda al psicólogo si lo que necesito son unas pastillas para mis vértigos?”

Tras varias idas y venidas al médico y acudir a la farmacia con diferentes recetas que no aclaran la causa ni hacen desaparecer el dolor terminamos “obedeciendo” al médico y acudimos al psicólogo. A menudo estas y otras preguntas son comunes en personas que padecen trastornos de somatización.

Cuando a largo plazo no solucionamos nuestra dolencia y no existe causa física, es probable que estemos ante un trastorno psicosomático.  La OMS afirma que más del 25% de las enfermedades actuales son psicosomáticas, es decir relacionadas con el estado mental-emocional del individuo.

Es aconsejable pararse a pensar, reflexionar, observar, recapacitar, meditar… antes de ir de un especialista a otro en busca del fármaco definitivo que nos resuelva y haga desaparecer todos nuestros dolores. A veces la solución más eficaz la tenemos nosotros mismos.migraña

¿Nos afecta tanto la ausencia de sol?

Entrevista en Radio Bilbao, Cadena Ser, el 27 de mayo a las 12:30 pm. ¿Nos afecta al estado de ánimo la falta de horas de sol?.

Es verdad, pero esto no es excusa; sí, sí

azul-tejerina

excusa para que pospongamos, retrasemos e incluso justifiquemos nuestra ausencia de actividades agradables. ¿Que no podemos ir a tomar el aperitivo a la terraza?, pero podemos ayudar a construir esa dinosaurio de papel a nuestro hijo de cinco años.ad que el cerebro y el sistema nervioso endocrino cambian y segregan sustancias distintas cuando por nuestros ojos entra la luz solar.