… rompemos rutinas, modificamos horarios, visitamos lugares deseados, nos relacionamos con otras personas… y no deberíamos perder de vista nuestros deseos. Parece que somos el único animal que una vez cumplidos sus sueños… se crea otros nuevos para volver a perseguirlos.
¿Para qué nos vamos de vacaciones?, ¿es un fin en sí mismo o un medio para conseguir algo? Dicho de otro modo: nos vamos para desconectar, o para ver toda Roma entera? Pasar la tarde en la piscina nos sirve para relajarnos; o para conseguir ese moreno tan deseado que nos dure en septiembre… octubre…
De este planteamiento y de nuestra decisión, dependerá en parte nuestro bienestar en verano.
Son muchas cosas las que cambian / cambiamos a nuestro alrededor en la época de las vacaciones de verano. Habitualmente el recuerdo que nos queda de aquellas vacaciones del año 92 en las que estuvimos en tal sitio… son sensaciones, percepciones de un bienestar o un malestar… fotografías de momentos inolvidables,… no tanto si vimos cinco museos, o si logramos que no se nos notara la marca del biquini o no… Más bien tendemos a recordar los buenos ratos con aquella pareja con la que compartimos cena, los desayunos hasta las dos del mediodía, los niños aprendiendo a nadar, aquel paseo en el que nos perdimos,…
En nuestras manos está; como casi todo.
¡Buen verano a todos y todas!
Hay quien dijo que escuchar música (clásica) le había aportado más que su relación con las personas (manu dixit). Hay quien vive por y para la música. Y quien tras unos años dedicado en cuerpo y alma, lo deja para pasar página en las preferencias personales.
Gracias a la cooperación entre
Gracias a la cooperación entre
«…Parece mentira, hija, evidentemente no…» Algo similar pasa cada día en cada casa de un niño o niña de entre 3 y 7 años. Si lo tenemos tan claro, ¿por qué ellos no?
Uno de los indicadores característicos de la entrada en la adolescencia es el aburrimiento. Nuestros chicos y chicas que entran en los 10, 11 años… dejan de jugar a lo que siempre les ha gustado, y en ocasiones se sienten aburridos. Parece los juegos u ocupaciones de antes ya no les satisfacen y buscan algo más. Algo más que no debemos darselo los padres; sino que ellos deben ir encontrándolo poco a poco. En este camino entran en juego, con fuerza los amigos, el grupo de iguales.
Cuando sentimos que nos vamos a enfrentar a alguien… ¿miramos para otro lado (por la paz un avemaría) o destapamos la caja de Pandora? La propia naturaleza del conflicto, las personas y el momento, nos van a dar la pista.
El grado de apertura, de desnudez que enseñamos de nuestras emociones a otra persona es lo que llamamos «distancia emocional». En cada relación personal que establecemos existen muchos indicadores que desvelan la conveniencia social y personal de mantener una u otra apertura. Hemos de leer bien la relación, el contexto, las consecuencias, los intereses de ambas personas,… y luego, sólo luego, mostrar nuestra distancia; hasta donde queramos.
Las hay de dos tipos fundamentales, atendiendo a su mayor o menor respaldo científico. Los dos deben ser aplicados por psicólogos suficientemente hábiles en su aplicación concreta (los hay de muchos tipos y requieren habildades diferentes).
LA RESPUESTA EDUCATIVA AL ALUMNADO CON ALTAS CAPACIDADES EN LA ESCUELA INCLUSIVA